El combate entre los dos boxeadores estadounidenses acabó en Zaire, actual República Democrática del Congo, porque Don King, uno de los grandes promotores de boxeo de la historia, prometió cinco millones de dólares a cada luchador. Una auténtica fortuna para la época. King, encontró en el dictador Mobutu Sese Seko, deseoso de blanquear su régimen, el aliado económico perfecto. En la foto, dos personas miran un cartel en Kinshasa que anuncia la pelea entre los campeones de peso pesado de boxeo.