España baja la persiana

La Selección española de waterpolo se estrenó en Sopron, al oeste de Hungría, más cerca de Viena que de Budapest. Poco le importaron a los jugadores de David Martín estar lejos de los focos, de la emblemática Isla Margarita o de ese Duna Arena que les vio caer en los penaltis ante Hungría en la final del Europeo de 2020. Empezaron el campeonato metiendo miedo a los rivales, como un tiro, bajando la persiana en defensa ante Canadá. El equipo norteamericano no está en la elite del waterpolo, pero tampoco en el vagón de cola, por mucho que España los empequeñeció.

Hasta el último cuarto, Unai Aguirre, de 19 años, solo había recibido dos goles. La defensa española estuvo activa, fue presionante por momentos, gestionó bien las inferioridades. Donde no llegaron los brazos llegó este pulpo barcelonés, un elegido que detuvo todo lo que le llegó, dio un recital en su estreno mundialista. Para abrir boca, las sensaciones fueron inmejorables. Canadá solo acertó un 8% de sus lanzamientos. Unai Aguirre acabó el encuentro con un porcentaje de paradas del 89%, una auténtica barbaridad. Que el portero que quiere ser “el mejor” empieza tan entonado es una gran noticia para España.

Sólidos en defensa, España empezó el primer cuarto más tímida en ataque, con solamente un 0-2, con tantos de Granados y De Toro. El encuentro entró en una fase en la que la excelencia defensiva de los de Martín y los aciertos de Aguirre se compensaba con la seguridad de Canadá, que llevó al equipo española a una cierta espesura resuelta rápidamente. La Selección abrió el tarro y no paró de golear. El encuentro llegaba al descanso con 2-9 con tres goles de Perrone, otro de Mallarach, Tahull, Larumbe y Sanahuja. D’Souza y Bicari marcaro los goles canadienses. Fueron los últimos. A partir de ahí, España bajó la persiana.

Canadá se desperó tanto que solo falta ver las caras en el banquillo y los gestos de su entrenador. No sabía qué hacer para detener el vendaval español y para derribar ese muro que estaba en la portería. Del 2-9 al 2-15 en el tercer cuarto. Dos goles más de Tahull, otros dos de De Toro, de Munarriz, de Perrone... Una victoria coral. Unos ataques en ventaja, en igualadad o al contraataque. España las metía todas: acabó con un 56% de acierto.

El encuentro expiró sin que España bajara la intensidad defensiva y sin que Aguirre se dejara ir. Munarriz, Mallarach y Granados cerraron la goleada con el 2-19. “Estoy contento con el estreno, los primeros partidos son difíciles, han nervios y ansiedad. Pero hicimos un gran partido en defensa, estvuvimos sólidos y todos pudieron participar. El segundo partido, ante Sudáfrica, será parecido a este y luego nos vendrá la guerra ante Italia. Hay que ir poco a poco”, deslizó David Martín después del encuentro.