Golf | Open de España

El campeón con TDAH que probó en el Southampton y estuvo a un golpe del abismo

El ganador del Open de España, que pudo ser futbolista suma ya tres triunfos en el circuito europeo tras salvar la tarjeta por los pelos.

PEPE ANDRES
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
Madrid Actualizado a

Podría decirse que el golf llamó a Marco Penge, y no al revés. Casi todo en los primeros capítulos de la biografía del nuevo campeón del Open de España, nacido hace 27 años en Horsham, Inglaterra, estaba contraindicado para convertirse en un golfista profesional, ahora con tres victorias en el circuito europeo tras la confirmada este domingo en el Real Club de Campo de Madrid.

Hijo de un ingeniero aeroespacial italiano, el primer deporte que practicó fue el fútbol. Se le daba bien. Metía muchos goles en el Chesworth Rovers de su localidad natal e incluso llegó a probar en el Reading y el Southampton, clubes de mucha tradición que han llegado a tener plaza en la Premier League inglesa. Sus raíces transalpinas le llevaron, llegó a decir, a apoyar a Italia durante el Mundial de 2014 en lugar de a su Inglaterra natal.

Pronto se le diagnosticó el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una condición médica que en principio casa mal con un deporte como este, en el que la paciencia y las altas capacidades de concentración son esenciales. Quizá fue precisamente esa inquietud la que, a los 5 años, le llevó a coger el driver de la bolsa de su padre y pegar su primer golpe en el campo de prácticas del Cottesmore Golf Club.

A los 13 años ya era scratch, la designación que reciben los golfistas amateur que consistentemente son capaces de jugar al par del campo o por debajo, y ganaba el campeonato de su club. A los 15 tenía 3 de las 8 victorias que sumaría como aficionado, antes de dar el salto al profesionalismo. Una de ellas pudo ser en el Campeonato Amateur de España en 2017, cuando perdió en la final en El Saler por 4&3 ante Jack Davidson.

Poco después de aquello decidió dar el salto al profesionalismo. Sus inicios fueron complicados. En 2020 consiguió sacar la tarjeta del Challenge Tour, la segunda división del circuito europeo, pero en octubre de 2021 una lesión de rodilla, consecuencia de sus pinitos en el fútbol, le tuvo sin jugar hasta marzo del año siguiente. Esa temporada haría su debut en los grandes, con una plaza conseguida a través de las previas en el British Open, y en 2023 se sacó la tarjeta para jugar en primera, en el DP World Tour.

Estuvo a punto de perderla en un 2024 turbulento. Tan cerca como a un golpe. Llegó al Genesis Championship, último torneo del calendario regular ese año, fuera de los 110 primeros de la Race to Dubai, y no aseguraría los derechos de juego hasta el último hoyo, con un birdie que le garantizó la 22ª plaza. En diciembre de ese año, una investigación del circuito concluyó que había violado su política de juego al apostar dinero en torneos de la gira (nunca en alguno en el que jugara él). Fue suspendido tres meses y multado.

Podría haber sido un golpe mortal a su carrera, pero funcionó al revés. Fue la antesala de su explosión, que ha llegado en este 2025, el año de sus tres victorias en la élite. Ganó el Hainan Classic en abril y el Danish Championship en agosto, y llegó a sonar en las quinielas de la Ryder Cup. Luke Donald apostó por el continuismo y le dejó fuera, seguramente con buen criterio porque no era una edición para muchos experimentos. Algo más de un mes después es campeón del Open de España, el segundo torneo más antiguo de la Europa continental, uno que tiene en su palmarés a Arnold Palmer, Seve Ballesteros, Bernhard Langer, Sergio García o Jon Rahm. Palabras mayores ya.

Yendo a su golf, es un cañón de tee a green, con un swing tan estilizado como potente. Casi nadie pega más largo que él en Europa (figura el sexto en distancia desde el tee esta temporada), tiene hierros certeros (el décimo que más greenes en regulación coge) y además patea relativamente bien (el octavo en putts por green en regulación, 62º en putts por vuelta). Un combo destinado al éxito, el suyo un buen recordatorio de que no hay casi nada en la vida lo suficientemente inhabilitante cuando uno persevera.

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