El Barça corre, se divierte y apabulla al Wisla
Los polacos, que eran el mejor ataque de Europa, se quedaron en nada ante la actividad defensiva del equipo azulgrana.
Existía cierto respeto a esta salida a la pista de Wisla Plock polaco, porque el equipo de Xavi Sabaté disponía del mejor ataque de Europa (y el Barça de la defensa), y por lo que sea Carlos Ortega tenía el partido marcado en rojo en su taquilla del Palau. Y por lo que sea, también, disponía de todos sus jugadores con ganas de correr; les soltó el lazo y les pidió movimiento. Esa actividad explica el resultado final: 24-34 (9-16).
El Barça se encontraba por primera vez con Richardson como rival, un lateral que era el líder de Wisla, con 42 tantos, segundo máximo goleador en la Champions: se fue con uno, de penalti; y falló ante Hallgrinsson otros dos. Melvyn estuvo en el partido como alma en pena.
Cuando el Barça corre tradicionalmente se divierte, y eso recupera a Aleix Gómez, con ocho tantos, que vuelve a ser otra vez el extremo que brillaba hace dos años. Jugó todo el partido, y con acierto.
Sería injusto destacar a un jugador aunque también lo sería no reconocer a Djordje Cikiusa que sale para fajarse en defensa para que descanse Mem; pue así y todo sumó dos goles, recuperación y contragolpe y cara de felicidad, porque le gusta el ataque, pero es tan disciplinado que asume su rol.
El mérito de Ortega es tener las situaciones de partido posibles bien preparadas, en inferioridad, con pocos segundos de posesión... Sólo Zarabec, que le marcó siete tantos en la segunda parte, se le escapó al estudio.
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