El aficionado que deslumbra en Augusta en honor a su padre
Sam Bennett, golfista amateur de Texas A&M, es la gran sensación de las dos primeras jornadas del Masters de Augusta. Compartirá partido estelar con Rahm y Koepka.
“No esperes para hacer algo”, se lee tatuado en el antebrazo de Sam Bennett, golfista amateur de 23 años. El aficionado, todavía enrolado en la Universidad de Texas A&M (la misma en la que está Blanca Fernández y en la que en unos meses entrará su hermana Cayetana), se ha convertido en la gran sensación del Masters de Augusta gracias a su desparpajo y a su historia de superación. En su estreno en el major de Georgia (EE UU), Bennett ha llamado la atención de todo el mundo al marchar tercero, ocho bajo par, a cuatro golpes del liderato. Y no se conforma solo con ello.
Se puede apreciar que el tatuaje que lleva Bennett en el brazo son letras escritas a mano. El autor fue su padre, fallecido en junio de 2021 después de batallar con el alzheimer durante siete años. En 2020, ya con la enfermedad en una fase avanzada, Mark Bennett le espetó a su hijo el ya famoso “no esperes para hacer algo” (don’t wait to do something en inglés). Sam, sorprendido por la claridad con la que se lo había dicho su progenitor, le pidió a su madre que consiguiese esas palabras escritas por su padre. Lo logró, y desde entonces el golfista lleva tatuada esa lección de vida.
En su primera gran oportunidad, Bennett está honrando a su padre y al consejo que le dio. Campeón del US Amateur en 2022, el de Madisonville, una población de Texas de menos de 5.000 habitantes, suma dos días seguidos golpeando 68 golpes en Augusta National para un total de -8. Es tercero en solitario, y disputará la tercera ronda en el partido estelar junto con Brooks Koepka y Jon Rahm. “Sé que mi golf es lo suficientemente bueno para perseguir a los líderes. Estoy preparado”, dijo ayer Bennett rebosando confianza.
Por delante, el reto de convertirse en el primer amateur que gana el Masters de Augusta en sus 86 ediciones. Sam se ve capaz de ello. “Sé que es el Masters, un escenario más grande, pero he jugado frente a mucha gente y me encanta jugar cuando hay mucho en juego. ¿Ganar la chaqueta verde? Creo que puedo. Creo que tengo lo que se necesita para ganar”. De momento, ya es el segundo aficionado en la historia con mejor registro tras dos jornadas de Masters. El premio, por cierto (2,95 millones de euros), en caso de ganar el torneo no lo cobraría ya que su condición de aficionado (está en quinto año de la universidad) lo impide.