¡Cuatro millones por la bola con la que Ohtani hizo historia!
La bola con la que el de los Dodgers se convirtió en el primer jugador en alcanzar el 50/50 se vende por más de cuatro millones y pasa a ser la más cara de siempre.
El pasado 19 de septiembre, en el estadio LoanDepot Park de Miami, Shohei Ohtani se convirtió en el primer jugador de la historia de la Major League Baseball (MLB) en combinar 50 home runs y 50 bases robadas en una misma temporada. Lo hizo, además, en un encuentro estratosférico, catalogada ya como una de las mejores actuaciones ofensivas de siempre: seis de seis en sus intentos de bateo, tres home runs, diez carreras impulsadas y dos bases robadas. Casi nada. Desde 1901, el primer jugador con al menos cinco impactos, múltiples home runs y varias bases robadas en un mismo partido. El japonés, a pesar de jugar en el hogar de los Marlins, fue ovacionado mientras su equipo, Los Angeles Dodgers (que este viernes disputan el primer duelo de las Series Mundiales ante los New York Yankees), se impuso por un contundente 4-20.
Ohtani, que el pasado invierno firmó un monstruoso contrato de 10 años y 700 millones de dólares, llegó a aquel partido con 48 home runs en su haber y 49 bases robadas, al borde de un 50/50 jamás visto en la MLB. Para poner en contexto la barbaridad que es, antes de esta campaña de Ohtani solo había habido cinco jugadores que habían alcanzado el 40/40. Ante los Marlins, Shohei robó una base a las primeras de cambio, y el segundo de sus tres home runs supuso entrar en la historia de la liga estadounidense de béisbol. Aquella bola salió a una velocidad de 176,5 kilómetros por hora y voló 119,1 metros hasta la zona izquierda del bateador. En cuanto cayó en una zona de la grada, se desató una intensa pugna por echarle mano a una bola que ya era historia del béisbol.
El afortunado en hacerse con la bola fue un hombre llamado Chris Belanski, que rechazó minutos después una oferta de Los Angeles Dodgers, ya que los equipos suelen intentar recuperar objetos valiosos. Belanski abandonó el LoanDepotPark con la preciada bola de Ohtani, y enseguida se empezó a especular con cuánto dinero podía ganar: expertos en la materia estimaron que estaría en torno a los 250.000 y los 500.000 dólares, con los más optimistas apostando por superar el millón. Sin embargo, en la venta de objetos deportivos la clave está en el timing con el que se hacen las cosas, y Belanski lo calculó a la perfección. Esperó tres semanas para abrir la subasta, y durante ese tiempo sucedieron muchas cosas: Ohtani, a punto de ser nombrado MVP por tercera vez en su carrera (lo fue dos veces en la Liga Americana, esta vez lo será en la Nacional), alcanzó a los 30 años sus primeras Series Mundiales, las finales de la MLB, en las que pugnará ante los New York Yankees por el primer anillo de su carrera.
El del japonés es un fenómeno que no para de crecer, tanto en su país como en Estados Unidos. En su primer año con los Dodgers, la franquicia angelina ha estrenado en su estadio hasta una docena de patrocinadores japoneses, e incluso empresas del país nipón colocaban publicidad en otros estadios cuando eran visitados por los californianos. Aprovechando la locura por Ohtani, Belanski abrió una subasta online en la empresa especializada Goldin Auctions y recibió hasta 40 pujas. La primera de ellas, como aventuraban los expertos, estuvo en 500.000 dólares, pero el precio no dejó de subir hasta la madrugada de este miércoles, en la que un usuario, anónimo por el momento, puso 3.600.000 dólares para llevarse la bola con la que Ohtani hizo historia. Esta puja ganadora, después de aplicarse ciertas tasas, se fue hasta los 4.392.000 dólares, unos 4.072.635 euros con el cambio actual.
Tras esta venta, la bola con la que Ohtani logró el 50/50 pasó a ser la más cara en la historia, superando los 3.050.000 dólares (2,8 millones de euros) por los que se vendió, en 1999, la bola con la que Mark McGwire logró su 70º y último home run de aquel curso, récord en la MLB por aquel entonces (en 2001, Barry Bonds se apuntó 73). Pese a ello, la bola de Ohtani no está ni siquiera cerca de ser la pieza deportiva más cara de la historia, aunque sí que lo es algo relacionado con el béisbol: en agosto de este mismo año, se vendió por 24,12 millones de dólares (unos 22,3 millones de euros), la camiseta que usó el legendario Babe Ruth en el tercer partido de las Series Mundiales de 1932 entre su equipo, los New York Yankees, y los Chicago Cubs. En aquel encuentro, la leyenda cuenta que Ruth señaló en repetidas ocasiones el lugar al que finalmente mandó un home run durante la quinta entrada.
Una batalla legal abierta para ver quién se lleva el dinero
Volviendo a la venta de la bola de Ohtani, todavía hay una arista por resolver: quién se lleva el dinero. Lo lógico es que fuese Chris Belanski, que es quien se la llevó a casa y la sacó a subasta. Sin embargo, hay hasta dos demandas presentadas en las que se reclama la posesión de dicha bola. La primera la puso un joven de 18 años llamado Max Matus, que demandó a Goldin Auctions y a Belanski alegando que él tenía la bola primero y que se le arrebató con una agresión durante la pugna que hubo. Después, Joseph Davidov presentó otra demanda en la que usó como evidencia un vídeo en el que, según sus abogados, se le veía “agarrando y teniendo” la bola hasta que un aficionado “atacó” a Davidov, haciendo que la soltase y que acabase en manos de Belanski.
Todas las partes envueltas en esta disputa acordaron que la subasta siguiese adelante y que más adelante la justicia dictaminase a quién le pertenece. Ahora, viendo el precio de venta, no será de extrañar que se intensifique esta batalla legal. Hay casos similares en el pasado, como por ejemplo la bola con la que Barry Bonds consiguió su home run número 700, ya que un juzgado hizo que dos personas se dividiesen las ganancias (ambas acabaron gastando más dinero en ser representadas que lo que ganaron con la bola). Números mareantes que hablan de la dimensión que tiene Shohei Ohtani, sin duda una de las grandes estrellas del deporte mundial en la actualidad.
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