‘Coco’ Rey, el aviador total

La fotografía traslada a un piloto de época. Mirada al frente. Cascos bien ajustados. Y, en alabeo, un imponente Yakovlev Yak-52 amarillo. A los mandos, Manuel Coco Rey Cordeiro. Concentrado en el avión que dominaba. Entregado por completo al vuelo. Es la imagen que retrata al aviador total. Para siempre en el recuerdo.

Se cumple una semana del accidente que le costó la vida en Beja (Portugal) y la comunidad española de vuelo acrobático sigue en duelo. El adiós de Olivier Masurel el pasado 5 de mayo por el impacto fortuito de un ave en su avión cuando regresaba a casa fue un primer golpe muy duro. El fallecimiento de ‘Coco’ Rey en plena exhibición trajo un mes trágico.

“Anunciamos con tristeza que Manuel Coco Rey Cordeiro falleció como resultado de una colisión en el aire en la que se vieron involucradas dos aeronaves (…). Coco era el Lead Solo del equipo y uno de los pilotos de Yak-52 más experimentados del mundo con más de 20 años de experiencia de vuelo con este avión. Su profesionalidad, su habilidad y su amor por el vuelo hacían de él una valioso miembro del equipo. Un verdadero caballero y un buen amigo. Era parte de la familia. Un hermano. Su pérdida es devastadora y se sentirá en toda la comunidad de la aviación europea. Nuestro pensamiento y oraciones van por la familia y sus amigos”. Fue la sentida despedida de Yakstars, la patrulla hispano-portuguesa con la que volaba.

La fascinación de Coco por el aire era amplia. Amaba el vuelo. En todas sus formas. Destacó en ultraligeros como doble subcampeón del mundo, doble subcampeón de Europa y campeón de España en doce ediciones (de 1993 a 2006). Ganó además un bronce por equipos en el Mundial de Yak-52 celebrado en Tula (Rusia) y fue plata junto al Equipo Nacional en 2022. Sus compañeros destacan su talento y versatilidad para pilotar diferentes aviones. Desde el vuelo comercial A319/320/321 a su destreza para manejarse en la acrobacia aérea: Sukhoi SU-29M, Extra 200/330, Cap 10, Yak 52, ultraligeros... Era también paracaidista.

“Era un buen amigo y un deportista extraoridinario. Un grande de la competición de ultraligeros. Había hecho muchísimas disciplinas. Incluso trike (ala delta con motor). También era aeromodelista. Fue, sobre todo, un competidor. Su sueño era formar parte del equipo nacional de vuelo acrobático y lo cumplió en 2022 en Ilimitado. Ya había estado antes en el Campeonato del Mundo de Yaks. Era su avión, el que dominaba a la perfección. Junto a Juan Socias se trajo el bronce por equipos en Tula. Fue algo impresionante”, cuenta Cástor Fantoba.

Competidor nato, con más de 25 años entre campeonatos nacionales e internacionales, Coco también destacó por su vocación para la instrucción de jóvenes talentos. “Siempre fue el primer voluntario para echar una mano a los chicos que estaban empezando. Se volcaba para ayudar a la gente que empezaba. Estuvo de piloto de seguridad en todos los campeonatos volando en otras categorías”, añade Fantoba.

La aviación era su gran pasión, pero disfrutaba con el deporte. Repartía su incombustible energía entre el snowboard, el submarinismo o el tenis. Dedicaba tiempo además al aeromodelismo y la pintura.

“Coco, te echo de menos”, escribía en redes Patrick Koch, amigo y compañero de la patrulla Yakstars. Como Nico Goulet, en un emotivo mensaje con poema incluido. “Despedimos a uno de los aviadores más talentosos, compañero excepcional y un querídisimo amigo. Durante 25 años tuve el privilegio de ser testigo de la habilidad de Coco, su optimismo, su sonrisa y cercanía, que inspiró y trajo muchos momentos de alegría con tanta gente. (...) Fue leal a nuestro equipo Yakstars y siempre permanecerá en nuestros corazones. Buena suerte mi querido amigo. Que tu vuelo hacia el oeste brille en el cielo del atardecer. Dentro de la tristeza del momento no puedo encontrar palabras que encajen mejor que el mágico High Flight de John Gillespie Magee Jr:

Oh, me he soltado de los lazos opresores de la tierra y he bailado por los cielos en las alas plateadas por la risa; he subido hacia el sol, y me he unido con la alegría de las nubes divididas por los rayos del sol - y he hecho miles de cosas que nunca antes hubiera soñado - allá, en lo alto, en el silencio iluminado por el sol, me he remontado, he dado vueltas, y me he balanceado (...).

Rondando allá, he perseguido al ruidoso viento y he lanzado mi ansiosa nave a través de los pasillos infinitos del aire.

Allá, arriba, arriba, del inmenso, delirante, e intenso azul, he sobrepasado con gracia y sin esfuerzo las cumbres solitarias, arrasadas por el viento, donde nunca voló ni alondra ni águila.

Y mientras que, con mi mente elevada y en silencio, he andado por la inviolable santidad del espacio, he extendido mi mano, y he tocado la cara de Dios”.

Y así, en cascada, el adiós emocionado de muchos compañeros. “En memoria de nuestro queridísimo Manuel Coco Rey. Amigo, piloto apasionado, miembro de la patrulla Yakstars y del Equipo Nacional de Vuelo Acrobático. Parece irreal… Vuela alto junto a Olivier Masurel. Os recordaremos siempre”, le despedía Juan Velarde.

“Con profunda tristeza de la trágica noticia del fallecimiento de nuestro querido compañero, Manuel Coco Rey. Toda la familia de vuelo acrobático está de luto por la pérdida irreparable de dos grandes talentos, Coco y Olivier Masurel. Un abrazo fuerte, queridos compañeros, allá donde estéis”, publicó la Real Federación Aeronáutica Española. “La familia del Tenis Gallego lamenta el desgraciado fallecimiento de Manuel Coco Rey Cordeiro, integrante del equipo +60 del Club USC”, publicó en su web la Federación Gallega de Tenis.

Queridísimo piloto. El vacío que deja es enorme, pero queda su legado. Y quedan los recuerdos. La mirada al frente en el Yak-52. Allí asomará siempre Coco. El aviador total.

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