Sanyo Gutiérrez: “La temporada va a ser espectacular y con sorpresas”

Carlos Daniel Sanyo Gutiérrez (39) además de calidad tiene carisma, tanto que es la imagen de la nueva pala de Siux, una de las preferidas de los aficionados. Hoy ha presentado la nueva versión de su Diablo, de la que señala que “es perfecta por la rugosidad en la cara. No se puede decir que sea la mejor de siempre, porque es evidente que la evolución técnica no para, pero este momento puedo asegurar que es la mejor”, afirma el argentino, número uno en 2019, y que prepara la temporada con Paquito Navarro entre Madrid y Alicante, donde reside. Esta semana, la última del rodaje, en pistas descubiertas “porque ahora en los torneos de Arabia y Qatar los partidos serán al aire libre”.

-Usted ya fue dos años compañero de Navarro, también jugó en dos épocas con Maxi Sánchez, con Belasteguín... Vamos, que se gustan las segundas oportunidades.

-¡Y con mi mujer, que la primera vez me dejó y con razón, y luego volvimos y tenemos dos hijos! Con Maxi, en la segunda época acabé número uno, y con Paquito Navarro llegamos a ser la mejor pareja de la temporada en un momento determinado. No te dejas así de repente, lo hablas y cambias, pero siempre con sintonía. Y volvemos ahora Paco y yo porque él quería jugar conmigo y yo con él, y se ha dado la circunstancia de que podíamos los dos.

-¿A qué aspiran?

-A jugar como entrenamos, y a ser competitivos. Ese es el objetivo; y ver dónde podemos llegar, sin ponernos metas ni retos más allá de dar lo máximo de que seamos capaces.

-Parece que, de entrada, hay tres parejas superiores.

-Eso dice el ranking y lo que pasó el año 2023; los números no mienten. Las tres primeros parecen las más fuertes (Galán.-Lebrón, Tapia-Coello y Stupaczuk-Di Nenno). Luego vamos nosotros, de partida, y ya veremos dónde nos pone la competición. Creo sinceramente que esta temporada va a ser espectacular y con sorpresas, que es lo que desea el aficionado, que no ganen siempre los mismos.

-¿Las parejas actuales son las mejores de siempre?

-Eso no lo sé, porque a lo mejor no hay ninguna como la que formaron Juan Martín y Belasteguín en su tiempo, pero sí es seguro que este año tenemos más parejas de calidad, más jugadores que pueden aspirar a ganar. Hay nuevas formaciones, como Chingotto y Momo González, formidables, por ejemplo. Y hay más, que viene de atrás, como la de Javi Ruiz y Cardona, que acaban de ganar un torneo del Ultimate Padel, frente a Diestro y Leal que también dará que hablar.

-Por cierto, ¿jugará usted en el UPT?

-Creo que se puede, pero estoy en una edad en la que tengo que elegir la calidad antes que cantidad. Si participase en todos los torneos de los dos circuitos me quedaría año y medio de pádel, y mi intención en llegar a los 45 años en activo.

-Paquito y usted formaron una pareja peculiar, la única que yo recuerde que ganó un torneo sin dirigirse la palabra o la mirada, en todo el partido, que se pasaban la bola para sacar con la cara para el lado contrario en la final.

-Eso es verdad, y siempre lo cuento (Navarro también). Pero ahora han pasado los años, ambos somos padres y tenemos cosas de qué hablar más importante que el darle a la pelota. Yo, por ese lado, tengo suerte: es mi mujer la que realmente saca adelante a la familia, porque yo estoy una semana de cada dos en España; nunca me levanto a dar un biberón, aunque pañales si cambio.

-Usted ha sido y es un jugador de derecha único. ¿Quién es el mejor en este momento?

-¿De los otros? jejeje. La verdad es que Juan Lebrón es tremendo por lo inesperado de su juego, por sus genialidades, pero el mejor drive puro para mi, en la actualidad, es Martín Di Nenno.

-Ya puestos ¿qué jóvenes van a destacar?

-Hay muchos jóvenes capaces de dar el paso al frente, pero así, de primeras, Pablo Cardona, un zurdo de 1,90 metros que destroza la bola, y Javi Leal, otro pegador excelente. Pero si es que esta temporada hay una nómina muy larga de grandes talentos.

-¿Y con todo eso que viene piensa seguir cinco años más?

-Me cuido, me preparo, estudio a los rivales, mejoro mi juego. En fin, vamos a ver, aunque creo, o espero, que sí.