Rolando Urios vuelve a jugar en Ciudad Real con 51 años
Julio Fis, amigo del alma del pivote, y segundo entrenador del Alarcos, le ha convencido para que eche una mano al equipo de la División de Plata
Hace trece años que Rolando Urios colgó la camiseta en el Ciudad Real, y ahora, con 51 cumplidos, el mejor pivote del mundo en la primera década del siglo vuelve para jugar muy cerca del Quijote Arena, donde firmó algunos de sus mejores partidos. Regresa, sin embargo, a un equipo menor, al Alarcos, de la División de Plata, “para echar una mano hasta que se recuperen los lesionados” dice, sin querer extenderse para no estropear la conferencia de prensa que ha convocado su nuevo club para presentarlo en la ciudad en la mañana del jueves. El domingo, además, debuta en un derbi local, a las 12:00 frente al Caserio Vigón en el Polideportivo Puerta de Santa María.
¿Pero puede jugar con 51 años? Julio Fis, segundo entrenador del Alarcos, compañero de Rolando en la selección cubana, y luego con España y con el Ciudad Real, tiene claro que sí: “El maestro no ha olvidado nada de lo que sabía. No digo que esté para jugar en la Champions, pero para echarnos una mano de veinte minutos por parte, jugando sólo en ataque como hacía antes, seguro que sí”, asegura Fis, al que también le gustaría estar en el equipo “porque el brazo sigue intacto”, pero la rodilla no se lo permite.
Rolando, que llegó a pesar 130 kilos cuando dejó el deporte, ha vuelto a su peso de competición, incluso menos que cuando jugaba en el Ciudad Real. “Está en 108 kilos (1,96 metros); se le ve bien en los entrenamientos”, asegura Fis, porque Rolando, que estaba en Alemania, dice que se ha cuidado “con trabajo en el gimnasio, con bicicleta, con carrera continua”.
Urios, campeón mundial (2005) con España, bronce olímpico, y con tres títulos de campeón europeo con el Ciudad Real, no tenía pensada este regreso a las pistas, pero ahora está “ilusionado por el recibimiento”. “Reconozco que he sido yo quien le ha insistido, porque Rolando estaba bien como entrenador en Alemania, pero veía que nosotros empezamos a tener bajas en su posición, y que no podíamos fichar, así que le pedí, le solicité, le rogué, que nos echara una mano. Y aquí está, Si viese que no nos podía ayudar, porque yo estoy con Isidre Pérez en el banco, no le hubiese insistido”.
Son la noche y el día: Julio, un cubano alegre y divertido al que le gusta la fiesta y el baile, el estereotipo que se tiene de los caribeños; Rolando, un tipo reservado y tranquilo que dedica su tiempo libre a ver partidos de béisbol de las Grandes Ligas. Pero por encima de todo son “amigos y compañeros del alma” dice Fis. Por esa amistad Rolando se vestirá de corto este fin de semana para volver a jugar 13 años después de su retirada.