Nikola Karabatic se despide a la francesa en el Palau
Volvió a ganar el Barça en un partido discreto, con lesión de Valera. Destacó Prandi, que no pudo jugar con el PSG en París.
El Barça volvió a ganar al PSG, 32-31 (17-12), en un partido sin tensión porque con ocho tantos de renta conquistados en París (22-30) ya no era necesario estrujarse. Además, el cuadro azulgrana es el único que se clasifica para la Final Four con las dos victorias en los cuartos de final, con el Kiel remontando este jueves al Montpellier el 39-30 de la ida: 31-21 para unirse al Aalborg, Magdeburg y Barça, en su sexta aparición consecutiva, más que nadie.
Pero el partido en un Palau, casi lleno, tenía el interés de despedir a un mito del balonmano, que fue estrella azulgrana: Nikola Karabatic. Su partido fue tan gris que, de no ser que exista un pacto para que actúe en los Juegos de París, parece sin sitio en su selección y ya en el PSG. Ahora mismo, más allá de la ascendencia como leyenda que pueda tener en el grupo, su aportación es demasiado discreta. No jugó mucho, pero sólo aportó más que presencia: ni goles importantes, ni asistencias, y en defensa tampoco es el tipo de hace tres años. Un adiós sin más, sin épica del jugador que marcó una época y que en la cancha parecía un hombre rodeado de niños. El titular es Prandi, 10 tantos, que se perdió el partido de la ida en París: se resintió en la segunda jugada del encuentro y se fue al banquillo para no volver. Su ausencia ha privado a la eliminatoria de un elemento clave.
Este segundo choque ya no tuvo historia. Mandó el Barça, le restó burbujas a cualquier deseo a la desesperada del PSG, y contemporizó para ganar por la mínima, y tal vez dejarse a Pol Valera en el camino porque tuvo que ser retirado en volandas a poco de final.