Las Guerreras sufren para meterse en el Mundial
De las chistera de Silvia Arderíus llegó la revolución de España, que no podía con Austria y necesitaba ganar
No se esperaba tanto sufrimiento contra Austria, como si en el empate en la ida hubiese sido sólo el colofón a un despiste colectivo en la segunda parte, pero en la vuelta, disputada en Antequera, hubo que comerse las uñas y ver cómo las Guerreras sufrían casi siempre a remolques para meterse en el Mundial. Debían ganar, por un gol, e iban siempre por detrás. Hasta que salió Silvia Arderíus, todo era desesperante. Apareció la madrileña, España dio la vuelta al partido y ganó para no fallar de nuevo a una cita del Campeonato del Mundo este año, que abre la posibilidad de estar en los Juegos: 26-24 (11-12).
España, ahora, no tiene lanzamiento exterior. Por eso el seleccionador fía su ataque al movimiento de su primera línea, pero sin zurdas, y obligadas a jugar muy lejos de los seis metros, sus penetraciones eran poco resolutivas. Es más, en la primera parte marcaron 11 tantos, y perdieron 10 balones. Un balance descorazonador ante una Austria que sin ser una potencia tenía a las nuestras contra las cuerdas.
Por eso la aparición de Silvia Arderíus en la posición de central fue un alivio para las Guerreras. La madrileña es capaz de fintar, de meterse por donde no hay hueco, y sobre todo de sacar de su chistera pases decisivos, como los dos que le regaló a Kaba Gassama en la segunda parte en una partido en que a la pivote casi nunca se la encontró. No hay mucha más explicación para la victoria, que se inicio en inferioridad y en desventaja (15-17). Es decir, cuando aquello pintaba en tragedia deportiva en el Fernando Argüelles, surgió esa reacción que no se veía llegar.
Con todo, y pese a no pasar apuros en el ataque con siete de las austriacas, en los tres últimos minutos se produjeron tal cantidad de errores que bien puede decirse que la portera Darly Zoqbi, que sólo defendió en cuatro ataques austriacos, se ganó salir como destacada del encuentro.