ATLETISMO

Un valiente Josh Kerr apuesta por superar a Coe y Cram en París

El campeón del mundo de 1.500 en Budapest quiere también el oro en los Juegos Olímpicos, un doblete que nunca lograron ninguno de los dos mitos del mediofondo británico.

CHRISTIAN BRUNAEFE

Josh Kerr (26 años) se colgaba la medalla de oro de 1.500 en los pasados Mundiales de Budapest tras derrotar al ogro noruego, Jakob Ingebrigtsen, en un apasionante esprint final que fue “pura adrenalina, pura pasión en los últimos 200 metros”, como explica el propio atleta. Una réplica casi exacta de lo que hizo su compatriota Jake Wightman en Eugene 2022 frente al mismo adversario. Kerr y Wightman aspiran a ser campeones olímpicos en París, algo que de conseguirlo cualquiera de los dos les auparía al olímpico del prestigioso mediofondo británico, ya que ninguno de los mitos, Sebastian Coe ni Steve Cram, logró el doblete de oros.

“Soy lo suficientemente bueno para ganar”

Josh Kerr

“Jake y yo tenemos muy buenas posibilidades de hacer historia”, dice Kerr (bronce también en los Juegos de Tokio) a ‘Sky Sports News’, antes de promocionar su candidatura con humildad: “Creo que soy lo suficientemente bueno para ganar. Si corro en las posiciones correctas tendré opciones, pero aceptaré sea cual sea el resultado y estrecharé la mano a todos”. Hijo de John y Jill, exjugador profesional de rugby y directora de una clínica de fisioterapia respectivamente; y hermano de Jake, internacional escocés de rugby y exjugador de Leicester Tigers y Bristol Bears, cree firmemente en sus posibilidades: “He logrado marca personal en cada final de mundial y olímpica. Eso me demuestra que soy consistentemente bueno en ese alto nivel. De ahí proviene la confianza en mí mismo. Sólo estoy buscando llevar medallas a casa en el Reino Unido y espero que la gente lo apoye”.

Nacido en Edimburgo, dejó Escocia a los 17 años y se mudó a la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, EE UU) para tener la mejor oportunidad de desarrollar su potencial en la carrera. Con 20 años rechazó un contrato con Nike para firmar con Brooks y convertirse en profesional (2018) y desde entonces entrena en Seattle, bajo las órdenes de Danny Mackey, con el Brooks Beasts Track Club. Kerr es de personalidad fuerte y no es políticamente correcto, como cuando creó una polémica en su país al decir que no le interesaba estar “en un tarro de yogur” refiriéndose a la publicidad de las marcas. “Soy honesto. No hay nada de lo que digo que me haga pensar: ‘Oh, no debería haber dicho eso, o he mentido’. Digo lo que realmente creo. Y si la gente se molesta, allá ellos. Mi objetivo final desde que era niño y entrenaba en Edimburgo era ser campeón olímpico”, afirma.

Kerr, con sus inseparables gafas.

Kerr, famoso también por las gafas Oakley que le acompañan siempre en sus competiciones y carreras, revela el porqué de esta costumbre: “Comencé a usarlas por primera vez en 2022, antes del Mundial de Oregón. Estaba buscando algo que me diera un poco de ventaja, algo diferente sobre mí en la línea de salida. Y lo divertido es que no puedes ver mis ojos cuando las tengo puestos. En cámara de llamadas, los atletas estamos entre 45 minutos y una hora antes la carrera en una habitación pequeña, y todos nos sentamos juntos sin nada que hacer, salvo mirarnos los unos a los otros. Es agradable que la gente no me mire a los ojos. Y como llevo las gafas de sol, muchos se me quedan mirando fijamente, preguntándose si los estoy mirando”. Antes de París, el próximo domingo, Kerr inicia su 2024 intentando batir el récord de Europa de la Milla (3:48.87), en el Meeting L´Eure, enfrentándose entre otros a Mohamed Katir.

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