Stano salva el honor de Italia

Por delante 35 kilómetros de marcha atlética, casi 150 minutos... y el japonés Daisuke Matsunaga, campeón del mundo júnior en Eugene 2014, salía como un si fuera la final de los 100 metros. 26 segundos de ventaja en el primer mil, 29 en el segundo, 37, 42, 48, 51, 53... 1:03 en el kilómetro 13 respecto a un pequeño grupo de ocho marchadores, entre los que estaba Miguel Ángel López. El nipón, que fue 7º en los Juegos de Río tras meterse a última hora porque en el Nacional de su país fue descalificado a falta de 500 metros cuando iba a ganar, parecía directo a un triunfo ‘coast to coast’.

Sin embargo, en esta especialidad todo puede cambiar en un momento. El cuerpo puede decir basta aunque el atleta piense que sus fuerzas están controladas. Y la salida kamikaze de Matsunaga empezó a pasarle factura de repente. Perdió cinco segundos en el 14, 6 en el 15, cuatro en el 16, once en el 17... en el 20 los tenía a siete segundos. Le habían recortado 56 en siete kilómetros. El rictus del nipón transmitía cansancio extremo, de hecho estuvo a punto de irse al suelo tras pisar el soporte de una de las vallas al apurar toda la distancia con las separaciones.

Quince kilómetros por delante y, de nuevo, todo por decidir. Diez atletas en el grupo definitivo y un español, el murciano que ya fue campeón del mundo en los 20 kilómetros de Pekín 2015 y medalla de plata en Moscú 2013. Los otros dos representantes de la RFEA ya no tenían opciones de aspirar ni siquiera a los diplomas. Marc Tur iba 20º a 2:25 y Álvaro López, 39º a más de seis minutos. El ecuatoriano Pintado tomaba el mando... y Miguel Ángel sufría. Un par de kilómetros antes ya se había separado tres segundos del grupo pero había recuperado la distancia, pero volvía a hacer la goma. Y se distanciaba ocho segundos del marchador sudamericano que seguía liderando la prueba.

El campeón olímpico de 20 en los Juegos de Tokio, el italiano Massimo Stano, se ponía en cabeza a marcar el ritmo y López seguía perdiendo segundos paulatinamente, ya eran 15 pero el bravo atleta de Llano de Brujas (34 años) no se iba a rendir. Por delante sólo aguantaban siete cuando el bronce en la prueba corta de Eugene, el sueco Karlstrom, decidía dejarse ver. López estaba ya a 26. Y Tur era descalificado por cuatro tarjetas recibidas tras fallos técnicos en la flexión de la rodilla. A falta de de seis kilómetros ese número era el que se jugaría el oro: un japonés (Kawano), un chino (He), un italiano (Stano), un ecuatoriano (Pintado), un sueco (Karlstrom) y un mexicano (Doctor)... que era llevado a la zona de castigo lo que abría aún la opción de López al diploma que no pudo conseguir. Acabó 10º con 2h25:58 (récord de España).

Por delante, He y Pintado perdían fuelle y dejaban colocados a los tres del podio. Únicamente faltaba por saber el orden de los metales. Stano apretaba con un 1.000 en 4:00 para completar el 33º kilómetro y el sueco Karlstrom decía basta, sólo aguantaba ya el japonés Kawano (mejor marca mundial del año con 2h26:40), que quería repetir triunfo nipón tras el doblete de Yamanishi e Ikeda en los 20. El sonido de la campana que anunciaba la última vuelta al circuito situado en el boulevard Martin Luther King de Eugene coincidía con el ataque final del italiano de Grumo Appula (30 años). Oro para Stano, la segunda medalla de Italia tras el bronce en altura femenina de Elena Vallortigara, con 2h23:14. Plata para Kawano (2h23:15) y bronce para el sueco Karlstrom (2h:23:44). El otro español que acabó, Álvaro López, fue 32º con 2h36:20.