PARÍS 2024 | ATLETISMO

Ingebrigtsen, sin medalla en el oro de Hocker: “Arruiné mi carrera”

El noruego plantea su estrategia para derrotar a Kerr, su enemigo íntimo, pero es superado en la recta final por tres atletas. Y pierde el récord olímpico.

París
ANNE-CHRISTINE POUJOULATAFP

Sienten un profundo odio visceral el uno por el otro. Jakob Ingebrigtsen y Josh Kerr fueron separados tras la semifinal que compartieron para que no escucharan en directo lo que cada uno decía al micrófono oficial de los Juegos. “No somos amigos, no salimos juntos, no nos escribimos. Corremos el uno contra el otro y esa es nuestra relación. No tengo opinión sobre su vida personal. No conozco su vida, ni me interesa”, espeta el británico de 26 años antes de avisar: “Será una de las finales de 1.500 más duras y brutales que este deporte haya visto en mucho tiempo”. Y así fue.

Doce portentos de la distancia. A priori dos por el oro, diez por el bronce con los norteamericano Nuguse, Hocker y Kessler, los kenianos Cheruiyot y Komen, el neerlandés Laros, el noruego Nordas, y el británico Gourley con la caña preparada por si la voracidad por derrotarse entre Ingebrigtsen y Kerr les hacía pescar en río revuelto. La docena completa con marcas por debajo del 3:33. Seis con tiempos inferiores al 3:30. Uno muy por encima del resto, el ogro de Sandnes, a 0.73 del inolvidable 3:26.00 del marroquí Hicham El Guerrouj en Roma (18/07/1998). El verdadero reto que apasiona al noruego de 23 años, con un oro olímpico, dos mundiales (ambos en 5.000), trece europeos (6 al aire libre y 5 bajo techo), y cuatro plusmarcas planetarias en su palmarés. Ser el mejor en la historia... y vengarse de Kerr tras ser derrotado por el escocés en los Mundiales de Budapest 2023.

ANNA SZILAGYIEFE

Pistoletazo de salida en el Stade de France. Sólo Asbel Kiprop, Hicham El Guerrouj y Noureddine Morceli tienen los dos oros en 1.500: Juegos y Mundiales. Kerr podía ser el cuarto. La tensión se veía casi de forma física. Josh sonreía con sus características gafas de sol tapándole los ojos, Jakob estaba serio. Ritmo frenético de salida con el atleta biónico al frente. Estrategia clara destinada a que Kerr no tuviera fuerzas en el esprint 54.9 para el paso del 400. Kerr era su sombra, justo a la espalda. Para poner nervioso al ogro, que no tenía visión del rival. 1:51.5 el 800. Fila de a uno estirada, muchos con el gancho y sin aire ya en los pulmones ni respuesta muscular en las piernas.

De repente... el estadio enmudeció. Jakob no tenía más cambios al llegar a la recta de meta, Kerr le adelantaba con facilidad, pero no sólo él. Como un ciclón emergía el norteamericano Cole Hocker para pasar a ambos y llevarse un inesperado oro con 3:27.65 (récord olímpico). El prodigio de 23 años nacido en Indianápolis ya había avisado en los Mundiales en pista cubierta de Glasgow 2024 siendo plata. Era uno de los que podía pescar y llevaba una caña bien preparada.

Cole Hocker.ANNE-CHRISTINE POUJOULATAFP

Ingebrigtsen perdía el oro, la plusmarca en los Juegos, la plata... y el bronce porque no sólo vio como su rival se colgaba la segunda medalla (plata de Kerr con 3:27.79) más codiciada... es que el otro estadounidense, Yared Nuguse (gran amigo y compañero de piso durante años de Mario García Romo) le arrebataba el último metal. (3:27.80, marca personal). Ingebrigtsen, apesadumbrado, había sido derrotado como nunca pese a una estrategia que no le suele fallar. Cuarto con 3:28.24. “Arruiné mi carrera por ir demasiado rápido. Me sentía tan fuerte que no me di cuenta de que iba a un ritmo tan fuerte”, explicaba. Seis atletas por debajo de 3:30. Final dura y brutal, como anunciaba Kerr. A él también le tocó perder... aunque cumplió. Y derrotó a Jakob. Volvió a domar al ogro. Aunque la presa se la llevó Hocker a su casa de Indiana. “Es una sensación increíble. Sentí que el estadio y Dios me llevaban en brazos. Mi cuerpo hizo lo que tenía que hacer por mí y mi mente estaba completamente concentrada”, afirma el campeón olímpico.

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