Marchando dos medallas más

Si la jornada matinal del lunes fue una maratón de medallas en el Europeo de Múnich, la del día siguiente fue un aluvión de metales en la marcha. Hasta dos en una sola prueba, los 35 kilómetros. Oro para un impresionante Miguel Ángel López y plata para una soberbia Raquel González. Dos metales más de una tacada que elevan el marcador a cuatro y demuestran que esta especialidad es la reina histórica en conseguir tesoros en las competiciones internacionales.

En los Mundiales de Oregón, Miguel Ángel vio como el japonés Matsunaga reventaba la carrera desde el inicio. El murciano de 34 años se dedicó a perseguir durante los 35 kilómetros y aunque el nipón finalmente reventó y acabó 26º mientras el español firmaba un gran décimo puesto con récord de España... quizá se apuntó la estrategia. En el Europeo de Múnich, el campeón del mundo de 20 en Pekín 2015 y plata en Moscú 2013 (además de oro continental en Zúrich 2014) decidió recoger la idea y se escapó solo en el kilómetro 6. Ritmo frenético que únicamente era capaz de seguir, y de bastante lejos, el sueco Karlstrom que venía de ser doble bronce en Eugene tanto en 20 como en 35. Perseus lo intentaba pero veía como López se iba alejando cada vez más en lontananza. Ocho segundos en el 7, doce en el 9, 24 en el 11, 27 en el 12, 50 en el 15; 1:12 en el 18, dos minutos en el 22...

Los ojos se iban a otra calle de Múnich ya que la categoría femenina también estaba en marcha, valga la redundancia, ya que ambas partieron a la vez en Odeonsplatz. Y entre las féminas, Raquel González y “ese 120%” que aseguraba daría a AS en la previa iban también viento en popa. La húngara Madarasz había tomado la escapada ‘estilo López’, pero la de Mataró, quinta en Eugene, iba por detrás adherida Ntrismpioti a diez segundos. Todas en posiciones de podio. “Soy muy exigente conmigo misma y lo que quiero pensar es en darlo todo”, asegura como casi un mantra esta graduada en comunicación audiovisual con varios másters en gestión deportiva y dirección de comunicación que en un año que empezó con lesiones y enfermedades (mononucleosis) está acabando de forma espectacular. En el kilómetro 18, Raquel y la helena cazaban a la magiar.

Miguel Ángel seguía a lo suyo, dando una lección al continente de un marchar exquisito y a una velocidad supersónica clavando los kilómetros en 4:10. El calor apretaba y Karlstrom ‘se rendía’. Se paraba en varias ocasiones con signos de cansancio extremo y calambres. Aseguraba ya casi el oro para el marchador murciano... y de paso abría la opción de una segunda medalla personalizada en Manuel Bermúdez. El de Cieza peleaba contra el alemán Linke y el italiano Giupponi, lastrado por dos avisos muy tempranos.

Unos pocos kilómetros más atrás, González seguía apretando para que la histórica jornada para la marcha atlética española creciera aún más. Sólo la griega, que le arrebató casi sobre la meta la medalla de chocolate en Oregón, era capaz de aguantar el ritmo y ambas dejaban inexorablemente atrás a la húngara. Doce kilómetros por delante para batirse y repartirse el oro y la plata. El tirón importante de Ntrismpioti dejaba un poco relegada a la catalana que seguí a su ritmo. No iba a tirar una plata por arriesgar a por un botín mayor pero que podía acabar con sus reservas.

Los metros iban desapareciendo bajo los pies de los marchadores y la meta confirmaba la histórica jornada para España con el oro de Miguel Ángel López (2h:26:49; a 51 segundos de su récord nacional), que recorrió el último kilómetro feliz saludando, chocando la mano con espectadores y con la bandera de España en la mano, y la plata de Raquel González (2h49:10). Finalmente, un guerrero Manuel Bermúdez se llevó la medalla de chocolate, cuarto puesto con 2h:32:31 tras exprimirse y darlo todo en las calles de la capital de Baviera. Por su parte, Mar Juárez fue 7ª (diploma) con 2h:55:27; y Antía Chamosa, 15ª con 3h:06:37. Marc Tur fue descalificado por los jueces como ya le pasó en Oregón.