ATLETISMO | DIAMOND LEAGUE

Ingebrigtsen ya está listo

El noruego da otro paso hacia el récord mundial de los 1.500 ante un gran Katir, segundo. Warholm, cuarta mejor marca de siempre en los 400 metros vallas.

Jakob Ingebrigtsen es profesional desde los 8 años. La nieve congelaba la ciudad de Sandnes cuando el noruego, junto a parte de sus hermanos (siete en total), salía a entrenar desde primera hora de la mañana. Este jueves, en los Bislett Games de Oslo, quinta cita de la Diamond League, el prodigio nórdico (22 años) quería batir el récord del mundo de los 1.500 metros, en posesión de Hicham El Guerrouj (3:26.00) desde 1998. Ante su público, en su fría casa, hoy calurosa. No lo consiguió, pero ya está listo para abordarlo. “Si bato el récord mundial, me merezco una estatua”, había lanzado en la rueda de prensa previa al meeting. Aún no, pero que la vayan preparando. Con un tiempo de 3:27.95, sí rompió su propio récord de Europa, dejó la sexta mejor marca mundial de siempre y se impuso a un Mohamed Katir que no esta tan lejos (3:28.89) de la grandeza que persigue el noruego. El español también está para todo.

Oslo tenía el mejor cartel posible. La madre de todos los festivales. Con los Mundiales de Budapest en el horizonte (del 19 al 27 de agosto), estaban los siete finalistas de Oregón (todos menos el campeón, Jake Wightman, lesionado). Seis habían bajado de 3:30 a lo largo de su carrera. Ingebrigtsen, Katir (récord de España con 3:28.76, del que se quedó a sólo 13 centésimas) y el keniano Timothy Cheruiyot, de 3:29. Antes de la salida, las demandas para las liebres eran 1:52.00 en el paso por el 800 y 2:19.50 en los 1.000. Al final, terminaron estorbando. 55.47 en los 400, 1:51.68 en los 800 y 2:46.91 en los 1.200. Al ritmo matemático de Jakob, ocho atletas bajaron de ese mágico 3:30. A Yared Nuguse, le permitió batir el récord estadounidense (3:29.02). Entre ellos, estuvo el español Mario García Romo, quinto con un tiempo de 3:29.18. Dos grandes noticias para el atletismo español y una carrera para el recuerdo, antesala de lo que está por venir. El Guerrouj parece cuestión de tiempo. Ingebrigtsen calibra el metrónomo. Hoy, como le gusta y como le gustaba al mito marroquí, lo hacía desde el principio.

Por sus características, no especula ni le conviene. Al mando de principio a fin; Katir, por su parte, de menos a más, como es habitual. Pese a que Jakob no le otorgue parte del mérito al español, se seguirán empujando hacia la histórica marca, una de las muchas que el noruego tiene en mente. “La carrera salió como se esperaba: me fui solo como de costumbre y el público estuvo genial. Fue increíble correr de esta manera en casa, es un sueño hecho realidad. Sé que pude correr rápido como en París, de eso se trata, no de lo que haces en el entrenamiento o lo que vas a hacer, sino de correr rápido en las carreras. Cuando importa. Solo tengo que mantenerme concentrado hasta Budapest, lo que importa”, valoraba con su peculiar, para algunos molesta, ambición. El pasado viernes, en Francia, el vikingo se adjudicaba el récord mundial de las dos millas. Tras él, aseguraba que quería ser el mejor de siempre en diez pruebas distintas. En el 1.500, ya no anda muy lejos.

Warholm lo hace otra vez

Llegaba con dudas. Era normal. Después de perderse buena parte de la temporada pasada por lesión, Karsten Warholm estrenaba su campaña en los 400 metros vallas en casa, como es habitual en él. Una costumbre, como la de citarse con la historia de forma constante. La anterior vez que había competido en Oslo, en 2021, batió el récord del mundo. Corría en unos 46.70 segundos que hoy, pese a no renovar la mejor marca de siempre, se quedaban cortos. El noruego, como aperitivo de la fiesta que luego culminaría Ingebrigtsen, volaba hasta los 46,52, nuevo récord de la reunión y de la Diamond League en general. A nivel particular, es su segunda mejor marca, además de la cuarta mejor de siempre. En los Juegos de Tokio, con el propio Karsten (45,94) como campeón, se lograron dos de ellas.

“Cuando estás en la pista, estás en una burbuja, pero realmente sentí que el público me levantó en la recta final: la adrenalina estaba por las nubes en los últimos 100 metros. Fue una carrera que siempre recordaré: me sentí muy bien hoy y sabía que se avecinaba algo especial. Se ha demostrado que, en las circunstancias adecuadas, realmente puedo atacar el récord mundial, tal vez incluso este año. Odiaba estar lesionado el año pasado y quería asegurarme de regresar con un gran boom. He trabajado muy duro para volver a este nivel, así que estoy muy feliz. Por supuesto, espero la medalla de oro mundial este año, sería increíble volver a tenerla”, valoraba Warholm tras la carrera, cuya puesta a punto, esa que mencionaba, había sido en Nerja.

Premio para Kejelcha con el mejor Ndikumwenayo

En Florencia, hace dos semanas, Katir brillaba en el 5.000 estableciendo la mejor marca del año, 12:52.09 ante los mejores especialistas del mundo, a excepción del propio Ingebrigtsen. El de Mula, apretando los dientes en un final muy sufrido, se imponía a Yomif Kejelcha, que este jueves se redimió en Oslo. La victoria del etíope, en una carrera rapidísima, aún fue más ajustada: 12:41.73, desbancando del liderato de la temporada a Katir y sólo milésimas por delante del ugandés Jacob Kiplimo, con el mismo tiempo de forma oficial. Hasta la photo finish dudó para decantar una victoria de altos vuelos: 2:34.83 en el paso por los 1.000, 5:10.88 por los 2.000, 7:47.20 por los 3.000 y 10:17.52 por los 4.000. Se buscaba batir el récord del meeting y, en un final muy explosivo, siempre se corrió por delante de las luces. Demasiado ritmo para un Adel Mechaal (12º) que está cargando pilas en altura, en Sierra Nevada, y un impulso extra para Thierry Ndikumwenayo (6º), que logró su mejor marca (12:58.60) tras bajar por primera vez de los 13 segundos, precisamente, en la cita italiana.

Yulimar, inicio ganador

No necesita ir in crescendo. Llega, compite y arrasa. Yulimar Rojas estrenó su temporada al aire libre el pasado domingo, en Madrid, casi nueve meses después de su última competición. A la primera, necesitando sólo dos intentos válidos, consiguió la mejor marca mundial del año en triple salto. Además, de forma holgada: con 14,96 metros, superó por doce centímetros los 14,84 de Leyanis Pérez. De momento, se quedará ahí. Este jueves, la venezolana, campeona olímpica y plusmarquista mundial, y la cubana coincidían en Oslo. La primera, cumpliendo los pronósticos, ganó, pero se fue negando con la cabeza tras hablar con Iván Pedroso, con quien entrena en Guadalajara; la segunda metió presión, pero de forma insuficiente. Y hay pocas oportunidades para batir a Yulimar.

Las dos se pusieron al frente desde el principio. La venezolana lo hizo separándose del resto desde el primer intento (14,91), el que finalmente le daría la victoria; Pérez, con su mejor marca personal (14,87), se daba una oportunidad. No la podría volver a batir. Como tampoco se podría acercar la otra finalista, la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk (14,75), que sonreía tras su actuación. Muy buena, pero lejos de una Yulimar que, simplemente, está cogiendo forma. “Los últimos años han sido increíbles para mí. Esta temporada, es muy importante para trabajar de cara a los Juegos Olímpicos de París, mi gran objetivo”, decía la venezolana, durante la previa, en Noruega. Hasta Francia, casi todo suena a calentamiento. Incluso los Mundiales, en los que perseguirá su cuarta corona seguida.

Gran regreso de Van Niekerk... y cae un récord de Bolt

No pisaba el circuito de la Diamond League desde Mónaco 2017 y volvió como siempre. El sudafricano Wayde van Niekerk, que se destrozó la rodilla en un partido benéfico de rugby ese mismo año, lucha por parecerse a ese atleta que batió el récord del mundo de los 400 metros en los Juegos de Río 2016. 43.03 segundos estratosféricos, una de las grandes barreras rotas en este siglo, que aún quedan lejos, pero que se abren paso en la memoria. Desde 2021, su nivel va a más. A principios de mes, corrió en 44.21, en Kingston; este jueves, en Oslo, un 44.38 le valía para un regreso victorioso por delante del zambiano Muzala Samukonga (44.49) y del estadounidense Vernon Norwood (44.51).

Una de las actuaciones destacadas del día, que registró varios récords más del meeting, además de una cómoda victoria de Armand Duplantis, aunque lejos de sus mejores e inverosímiles estándares (6,01 metros). La neerlandesa Femke Bol, en los 400 metros vallas, dejaba un 52.30 que, además de batir su propia marca en Olso, también fijaba la mejor del año. La keniana Beatrice Chebet, por su parte, rompía el registro local en los 3.000 metros (8:25.01). La etíope Birke Haylom, de sólo 17 años, además de sobrepasar la marca de la reunión, rompía el récord del mundo sub-20 en la milla femenina (4:17.13). El estadounidense Erriyon Knighton, de 19 años, finalmente, se llevaba uno de los récords más icónicos de la cita noruega: con 19.77 segundos en los 200 metros, superaba la marca en el meeting de un tal Usain Bolt, con 19.79 en 2013. Y no es la primera vez que supera registros del jamaicano. Los libros también parecen tenerle guardadas varias páginas, como a Ingebrigtsen.

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