ATLETISMO | MUNDIALES EN OREGÓN

El fenómeno Duplantis se acerca al objetivo que le faltaba

El sueco de 22 años supera con facilidad pasmosa la clasificación de la pértiga en Eugene y nada parece impedir que se cuelgue su primer oro mundial al aire libre.

Eugene (Oregón)
ALEKSANDRA SZMIGIELREUTERS

‘Mondo’ Duplantis llegó al Hayward Field de Eugene. Esperó su turno. Franqueó el listón con una facilidad exagerada en 5,65. Se sentó. Esperó su turno. E hizo lo mismo en 5,75. Recogió y se fue a descansar para la final de los Mundiales de Oregón (madrugada del domingo al lunes en España a las 02:25). Nadie pensaba ni por asomo que no fuera así. El Ícaro de la pértiga, que cada vez se acerca aún más al sol, ya ha batido en 2022 el récord al aire libre que compartía con Bubka al franquear el listón en 6,16 y voló como nunca nadie lo había hecho en el Mundial indoor de Belgrado para colocar un dígito más en las decenas de que lo que nunca hizo el anterior gran referente de esta dificilísima especialidad. Y en Oregón tiene una enorme X marcada ya que en su plamarés le falta un Mundial al aire libre ya que en Doha 2029 fue segundo tras el norteamericano Sam Kendricks.

El sueco de 22 años, prodigio nacido en Louisiana (EE UU) el 10 de noviembre de 1999, tiene doble nacionalidad: sueca por su madre, de soltera Helena Hedlund, que fue heptatleta y jugadora de voleibol; y estadounidense por parte de su padre Greg (ahora su entrenador) que también fue pertiguista y llegó a saltar 5,80. El niño volador sigue sumando capítulos en su historia con la pértiga, una sucesión de proezas que anunciaban en lo que se ha convertido. Con 9 años superó 3 metros, con 13 los 4, con 15 los 5, con 18 los 6,05... mientras Bubka con esa edad hacía historia en 1983 al proclamarse campeón del mundo con su mejor marca (5,70).

Duplantis, con su entrenador durante la competición en Oregón.ALEKSANDRA SZMIGIELREUTERS

Nadie osa acercarse a Duplantis, un prodigio que a finales de 2021 se quitó su único miedo en competición. “Mi mayor temor siempre ha sido que hubiera algún problema con las lentillas en medio de una competición. Siempre lo he tenido en mente y me estresaba ese pensamiento. Además nunca me he sentido cómodo con las lentillas, siempre me han irritado los ojos, pero era imposible saltar sin lentillas. No veía el cajetín ni la barra. Todo estaba borroso, tenía un defecto de visión muy grave. Era como una desventaja con la que tenía que vivir. Solo levantarme e ir a por un vaso de agua en la madrugada era una aventura. Es como si se hubiera abierto un mundo completamente nuevo para mí”, explicaba Mondo a ‘aftonbladet.se’.

Duplantis es una estrella atípica. Vive en Kungsholmen (una isla en el centro de la capital de Suecia), es cercano, casi accesible y responde de forma sincera aunque su amplitud de sonrisa desvela que se guarda los datos técnicos fundamentales siempre que habla de sus cambios, mejoras o estrategia ante la competición. Además, su físico se sale del parámetro habitual del pertiguista ya que mide 1,81, cuando la media de los que han superado los seis metros es de 1,88. “El objetivo es ganarlo todo, quiero ser el mejor saltador de pértiga de todos los tiempos. Intentaré lograr el récord mundial cada vez que tenga la oportunidad y quiero ganar el Mundial de Eugene. Nunca me he sentido más preparado. Soy más fuerte y más rápido. Y no he tenido contratiempos con lesiones o enfermedades, anunciaba como objetivos futuros.

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