De marcha a París

“La marcha estará en los Juegos de Los Ángeles 2028″, anunciaba Sebastian Coe (presidente de World Athletics) casi en el mismo instante en el que María Pérez y Álvaro Martín recibían sus merecidos Premios AS del Deporte 2023 en el Teatro Real de Madrid. Granadina y extremeño han brillado con luz propia en 2023 con un doble oro planetario, pero también quieren iluminar París en los Juegos de 2024. Ambos ya saben que también podrán ser olímpicos en la ciudad estadounidense, pero antes tienen una cita con la historia para hacer aún más grande la suya. Reinaron en Europa, en el mundo... y en la capital francesa quieren convertirse en leyendas del deporte español. Y, de paso, honrar a su disciplina, que ya tiene cinco metales olímpicos y que, como recuerda la plusmarquista mundial de 35 km, “es la prueba del calendario olímpico más antigua (1904) y se merece un gran respeto”.

“Somos ambiciosos, pero también humildes y no podemos estar ya vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. Vamos a entrenar lo mejor posible e intentar dar todo lo que tengamos cada uno durante las pruebas para conseguir medallas”, asegura Álvaro a este periódico. “Ojalá que en París sigamos con la racha de Budapest”, dice María antes de enfatizar la dificultad del reto: “Tenemos el foco sobre nosotros, pero cada temporada es nueva para nosotros. Somos ambiciosos y los objetivos son firmes aunque es cierto que pese a que nos pongan como favoritos en los Juegos eso no vale. Es un campeonato muy abierto. Si el trabajo está bien hecho el resultado será el que tenga que ser en la meta. Tenemos confianza en lograr medallas, pero ser favoritos no te hace ganar de forma automática. Hay que trabajar muy duro para llegar en buena forma y tener opciones de colgarse el oro”.

Pérez y Martín competirán individualmente (20 km) y casi con seguridad formarán equipo en el relevo, una nueva prueba que apunta a repetir en la meca del cine. “Estamos haciendo un papel importante para darle visibilidad a la marcha y también a todos esos compañeros que a veces se quedan en casa y no llegan como nosotros, pero que tienen un nivel similar. Por suerte la marcha española tiene mucho talento y cuantos más participantes y amigos estemos, que al final en España somos una familia, será bueno para la marcha y para el deporte español en general”, explica María. “Nosotros no hablamos de presión sino de responsabilidad. Después de ganar cuatro oros, París puede ser histórico. Estos resultados demuestran que podemos ganar, pero no se puede dar nada por hecho. Hay que seguir trabajando duro. Los demás países también se pondrán las pilas y no nos podemos confiar. Ojalá la marcha española pueda sacar varias medallas”, enfatiza Álvaro.

Ambos atletas son humildes, pero sí les gusta sacar pecho por su especialidad, esa que tanto defienden. “Venimos de una temporada de ensueño. La mía ha sido increíble, la de María incluso mejor porque además de los dos oros en los Mundiales de Budapest encima ha batido el récord del mundo. Lograr éxitos ayuda a defender la marcha y no podemos quejarnos de toda la repercusión que hemos tenido. Somos una disciplina que ha dado mucho al atletismo y al deporte español y queremos que siga siendo así, no sólo por nosotros sino por las generaciones que vengan y por las que ha habido. Hay que mantener el legado muy vivo”, dice el de Llerena.

Por su parte, el prodigio de Orce comparte pensamiento mientras ultima su recuperación de la fractura por estrés en el sacro que aún le mantiene alejada del asfalto: “Estoy nadando (ríe). Practico otro deporte ahora mismo. Estoy en la piscina media hora al día y tengo que dar las gracias a Miguel Ángel (Cos, fisioterapeuta) por todo el trabajo que hace. Un hueso suelda en doce semanas y tras cuatro y media ya estaba sin muletas. Y no tengo dolor, algo muy importante. Quiero recuperarme bien, no tengo prisa y llegar lo mejor posible a los Juegos”. Propósito, fin, meta, intención, sueño... sinónimos que se repiten muchas veces. “Tenemos la misma ilusión, ganas y objetivo para París. Y no sólo por María y por mí, sino por la marcha española, que venimos de tres cuartos puestos en Tokio y queremos quitarnos esa espina porque fue doloroso”, explica Álvaro, que apostilla: “A nivel deportivo los Juegos son lo mismo que un Mundial, pero ser medallista olímpico te cambia la vida de una forma completamente diferente”.

España acude a París con idea de mejorar los históricos 22 metales de 1992, un botín en que los marchadores pueden ser clave. “Las medallas y éxitos que se están logrando dan muy buena señal de la salud que tiene el deporte español. Ojalá los marchadores contribuyamos a superar los resultados de Barcelona”, afirma el pupilo de José Antonio Carrillo. “España tiene potencial en casi cualquier disciplina y la ambición debe ser máxima, ojalá lleguemos a un número histórico. Además hay muchos deportistas que irán a sus últimos Juegos y se merecen un gran resultado”, asegura la atleta que está a las órdenes de Daniel Jacinto Garzón desde hace 16 años y que manda un recado: “Hay mucha gente en el deporte español, en el atletismo por ejemplo, que viene pegando fuerte y es necesario que vayan los más posibles si tienen las marcas y las mínimas que se establecen para que vayan cogiendo experiencia para el futuro”.

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