Águeda Marqués: “Creo que ya he estado para bajar de los cuatro minutos”

Espontánea, divertida, auténtica y risueña, así es Águeda Marqués, la segunda atleta segoviana en competir en unos Juegos Olímpicos. La mediofondista acaba de completar la mejor temporada de su carrera, consiguiendo su mejor marca hasta en cinco pruebas (800 metros, 1.500, 3.000 y 5 y 10 kilómetros ruta). “Cada año buscamos mejorar los registros, este ha sido mi mejor año, estoy feliz de seguir creciendo, pero aún tengo margen de mejora”, con los pies en el suelo, Águeda disfruta de la “carrera de fondo” de la que siempre le advirtió su entrenador, a la par que cosecha los resultados sembrados con el trabajo duro de otras temporadas para cumplir su mayor sueño,“ser olímpica”. La deportista sigue en una nube tras su regreso de La Ciudad de la Luz, aunque no olvida los momentos más duros del año: “Ha merecido la pena todo lo que he sufrido, sobre todo en el aire libre, que ha estado repleto de altibajos y de incertidumbre”.

Marqués tocó el cielo en La Nucía, donde cumplió su objetivo para 2024 sobre la bocina, conseguir el pase para París. “Tienes que trabajar muchísimo, aunque es una lotería. Tiene que confluir el estado físico y mental con la suerte”. En el Campeonato de España de aire libre consiguió las marca de competitividad que exigía la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) para ir a la capital francesa “sin estar ni tan siquiera al 80%”, debido a la preparación de su entrenador, Arturo Martín, “centrada en la competición grande del año”. Otro de los motivos que hicieron a Águeda cumplir su meta es la sana y “enriquecedora” rivalidad que tienen en la terna del 1.500 español, formada por la segoviana, Marta Pérez y Esther Guerrero: “Me gusta que haya esa rivalidad. Te picas, te motivas y aprendes. Es un incentivo para ganar y una motivación extra”. Respecto a la experiencia olímpica, la atleta la califica como “un sueño”, afirmando también “que la gente es muy exquisita” respecto a las quejas por la comida en la villa olímpica.

Los inicios de Águeda no se pueden entender sin Isaac Sastre y Jorge Serrano: “De Segovia me llevo muy buenos recuerdos, al final fue donde empecé en el atletismo”, y donde comenzó a soñar con dedicarse a este deporte según iba mejorando. El crecimiento de Marqués fue uniforme hasta el regreso de su periplo estadounidense, “lugar en el que no creía que jamás pudiera llegar a ser atleta profesional”. De vuelta a España fue el momento de “poner toda la carne en el asador”, y de superar el fallecimiento del que fuera su primer entrenador. “Isaac fue como un padre, era mi padre en la pista de atletismo. Fue horrible, no lo asimile, en Estados Unidos estaba destrozada, solo quería regresar”.

Los resultados de la castellanoleonesa crecieron exponencialmente desde 2021, gracias a las numerosas experiencias, a veces con un final no tan feliz como esperaba, como su debut y descalificación en el Europeo de pista cubierta, la plata en el Campeonato Iberoamericano, los Juegos Europeos y el estreno en el Campeonato del Mundo, aunque siempre con su primer entrenador presente, “Siempre me acuerdo de Isaac. Me acordaba de él tras cada competición o buen resultado, siempre prensé en él. Este año, durante el aire libre, lo tuve muy presente”. Progreso que coincidió con la variación del orden de sus apellidos, cambiando Muñoz por Marqués: “Me lo puse porque Marqués es menos común y como apellido artístico queda mucho mejor. Al final me siento muy arraigada a la familia de mi madre y a mi abuelo Luis, que me gustaría que estuviera aquí después de todo lo que he conseguido”.

Águeda afronta 2025 con dos objetivos claros, el 3.000 del Campeonato Europeo de pista cubierta y el Mundial de aire libre de Japón entre ceja y ceja, aunque admite no tener nada decidido aún: “No he hablado con mi entrenador, pero tengo pensado el Mundial y el Europeo de cubierta. Según me vaya encontrando y vayamos viendo las competiciones que van pasando, iremos decidiendo”. Con el nuevo ciclo olímpico recién comenzado, y Los Ángeles 2028 en el horizonte, la española solo piensa en “las competiciones y objetivos grandes” previos, como bajar de los cuatro minutos: “Es algo que no me obsesiona, pero quiero hacerlo. Me veo consiguiéndolo el año que viene, creo que ya he estado para eso”.

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