ALPINISMO

Álex Txikon se aproxima al Campo Base del Annapurna

Ya tiene en su cuenta particular dos ochomiles invernales: el Nanga Parbat, primera mundial, y el Manaslu en la pasada temporada.

Vitoria

Álex Txikon salió de casa el 29 de noviembre. Voló a Katmandú y empezó a realizar todas las gestiones en la capital nepalí para partir, cuanto antes, hacia el Campamento Base del Annapurna (8.091 mts). Este fue el primer ochomil que se subió en la historia. El logro fue de una expedición francesa en 1950, con cumbre para Herzog y Lachenal. La primera invernal, en los 80 del siglo pasado, se obtuvo gracias a una potente expedición polaca.

El de Lemoa, que actualmente reside en Azpeitia (Guipúzcoa), eligió a sus sherpas de altura, sus porteadores y, con gran cantidad de material que repartió en la capital nepalí para sus colaboradores, partió hacia el Campamento Base de la “Diosa Madre de la Abundancia”. Lo intentará por la ruta clásica, la de la Hoz, rumbo a la cumbre. Por las fotos que ha colgado en los últimos días, desde Nowall, el tiempo está acompañando bastante. Ayer lunes estaba en la zona de Chulu, con muchos problemas de comunicación debido a la falta de cobertura.

En realidad está ahora en una marcha de aproximación que incluye un trekking. Está circunvalando la zona del Annapurna y colgando unas fotografías impresionantes. La expedición, propiamente dicha, arrancará en torno al 21 de diciembre. Los trekkinistas regresarán a Katmandú y se iniciarán las labores para subir este ochomil invernal. Se trata de una de las montañas más peligrosas de los catorce colosos por su riesgo de aludes. Txikon volverá a ir acompañado por grandes sherpas de altura contratados en la agencia de confianza pero que le conocen de sobra.

La ascensión tendrá lugar con temperaturas por debajo de los 40 bajo cero, como ya experimentó en el Nanga Parbat o el Manaslu, donde hizo cimas invernales. También en el las intentonas de años anteriores al Everest y al K-2. El alpinista se juró a sí mismo que no volvería al Annapurna después de subirlo con Edurne Pasabán y también se prometió a sí mismo no regresar jamás a una invernal tras el Manaslu-2023. Tardó poco en contradecirse, no puede parar quieto.

“Estamos aprovechando para aclimatar, poco a poco vamos acelerando el ritmo. Las jornadas son muy intensas. Ahora mismo nos encontramos casi a 6.000 metros. Sólo hay que ver el paisaje que nos rodea, es bellísimo”, explicó a través de las redes sociales. Dentro de poco comenzará la actividad en la montaña después de realizar la puja, la ceremonia religiosa para espantar a los malos espíritus antes de comenzar el trabajo de verdad en la montaña. La temporada pasada alcanzó la cumbre del Manaslu el día de Reyes, el 6 de enero.

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