Adiós al ‘ojito derecho’ del golf: Lexi Thompson se retira

Los 30 parecen al golf lo que los 28 a la música. Un número maldito. Si el sábado Grayson Murray, de esa edad, se suicidaba en un hotel de Texas tras retirarse el viernes en la segunda ronda del Charles Schwab Challenge, dejando a público, medios y compañeros conmocionados, este martes Lexi Thompson, que está cerca de cumplirlos, anunció que se retirará al final de la temporada. En ambos casos juega un papel el factor mental: el primero se quitó la vida cuando su carrera remontaba dejando atrás una etapa de alcoholismo e incidentes varios y la segunda abandona un mundo profesional que lo que le ha dado a nivel deportivo se lo ha quitado a nivel personal.

Lexi, nacida en Coral Springs, Florida, el 10 de febrero de 1995, fue precoz en todo. Con solo 12 años se clasificó para el US Open, entonces la más joven de la historia en conseguirlo (en 2014 le superaría Lucy Li, con 11). A los 15 ya era profesional y a los 16, campeona en el LPGA tras ganar el Navistar Classic. Nadie ha estrenado su palmarés tan pronto en el circuito femenino. En los siguientes 13 años se agenciaría otros 15 torneos, solo uno de ellos major, el Kraft Nabisco Championship (el actual Chevron) de 2014. Tenía 19 años, otro récord. Hasta 19 top-10 (8 top-3) acumularía después en el Grand Slam, que en su género comprende cinco torneos, uno más que en el masculino. Pero no volvería a tirar la puerta.

Quizá por ahí se expliquen en parte, aunque ya deslizó en alguna ocasión que pretendía retirarse antes de los 30, las luchas internas de una jugadora que desde el primer momento captó los corazones de los aficionados por su explosiva mezcla de afabilidad y colmillo competitivo. Por buscarle un símil, en el golf masculino sería Rickie Fowler. El ojito derecho del público, la favorita, incluso aunque su curriculum, como el del californiano, nunca igualase las (¿desmedidas?) expectativas.

Últimamente venía lidiando con problemas mentales, a ratos exhausta por la exposición mediática, por la necesidad de contentar. De hecho su estado de ánimo fue el motivo por el que decidió no salir en el British Open en 2018. Llegaría a admitir no hace mucho que su salud estuvo tiempo sin alcanzar el “100%”. Su cuenta de victorias se quedó congelada en 2019, y recientemente sus momentos estelares habían sido en la Solheim, con una gran actuación en la última edición disputada en Málaga el año pasado, y en el PGA, el circuito de hombres, al que pertenece el Shriners Children’s Open, torneo que fue invitada a jugar en otoño. Se convirtió así en la séptima mujer de la historia que competía en un evento del tour masculino, y estuvo cerca de pasar el corte con vueltas de 73 y 69 golpes.

“Golf, qué puedo decir de todos estos años. Has jugado un rol muy importante durante la mayor parte de mi vida Me diste la bienvenida a tu mundo muy joven, y por ello estaré eternamente agradecida. A todas las chicas que me habéis animadi, habéis sido mi inspiración, mi empoderamiento y mi fuerza. En los días más duros, cuando pensaba en dejarlo, vuestro apoyo me motivó para seguir compitiendo”, escribió este martes Lexi en sus redes sociales. A falta de lo que pueda ofrecer el resto del curso, con su siguiente aparición en el US Open de esta semana (la 18ª de su carrera, son más años los que lo ha jugado a lo largo de su vida que los que no), la última ráfaga de talento de una jugadora nacida para brillar, tristemente fagocitada por su propia naturaleza única.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.