"Como una película, todo acabó bien en el último suspiro"

¿Qué sintió al marcar?

Una alegría y una locura elevada a la máxima potencia. Fue además en la grada que estaba la afición española. Como en una película americana, tras muchas dificultades, todo terminó bien en el último suspiro. Tuve que sortear a un contrario, me lancé al suelo y, la verdad, no fue cuestión de temple, la pegué con el corazón.

Un partido muy difícil.

Desde luego. Portugal había entrenado mucho en esa pista y la tenía muy controlada. Les valía el empate y el público empujaba mucho.

Y en cuanto se acercaban en el marcador los árbitros les pitaban un penalti. Tres que no parecieron tales.

A mí tampoco me lo parecieron. Esperábamos un arbitraje casero, pero no tanto. El seleccionador nos advirtió que teníamos que jugar con ello. Lamentablemente en este deporte la presión ambiental puede a menudo con los árbitros. Por suerte mi gol llegó ya sin tiempo para más penaltis.

Pese a ello, la Selección nunca perdió la concentración.

Fue nuestra mejor virtud. Jugamos con el corazón, pero con la mente fría. Fue difícil, pero nunca tuvimos dudas de que podíamos ganar. Este equipo tiene una gran fe en sí mismo.

¿La que se gana después de 55 partidos oficiales consecutivos sin perder?

Esta Selección tiene una gran capacidad de sacrificio. Y sabemos que cuando uno no tiene un buen día, siempre habrá otros que lo harán bien.

¿Eso atenaza a los rivales?

A Portugal creo que le pudo la presión de llevar quince años sin ganar un Europeo. Empezaron muy bien, se pusieron 2-0, pero cuando nos acercamos se encogieron.

¿Su deporte merecería más atención?

Fútbol, baloncesto y tenis también lo están haciendo bien y no podemos compararnos con ellos. Pero sí creo que merecemos un poco más de reconocimiento.