Brajkovic resistió los ataques de Contador

No era un puerto muy propicio para un escalador nato. Desnivel uniforme (al 7% de media), sin rampas duras para romper la cadencia y, sobre todo, el fuerte viento de cara. El que atacaba notaba como si alguien le pusiera la mano en la frente dificultándole la progresión. El que se resguardaba a rueda iba mucho más cómodo.

Ahí, a rueda, se colocó Braj­kovic las tres veces que atacó Contador en los últimos dos kilómetros de ascenso. No pudo despegarle. Y además el esloveno le sprintó al final para pasar la raya delante. Una victoria moral.

La frenada del grupo tras el tercer intento la aprovechó el francés Nicolas Vogondy para atacar ya en el último kilómetro. Nadie le respondió. Lo hizo su compatriota Romain Sicard, ganador del Tour del Porvenir, la nueva perla del Euskaltel. Pero salió tarde, sólo le valió para hacer segundo. Detrás de ambos, Brajkovic y Contador. El esloveno sigue conservando el liderato con una amplia ventaja sobre el de Pinto (1:43).

Menchov. Chris Horner, compañero de Brajkovic, tiró solito del pelotón en los ocho primeros kilómetros de la ascensión a Risoul, con el viento sacudiendo su abierto maillot. A 4 km de la cima atacó Menchov y el Astaná colocó dos hombres en persecución. Se veía que Contador quería ganar la etapa.

A 2,2 km de la pancarta ya habían sido neutralizados los dos protagonistas de la larga fuga, el austriaco Denifl y el estadounidense Pate. Y también Menchov. Allí atacó Contador. Pero no pudo con el viento y con Brajkovic. Hoy tenemos el Chamrousse, aunque a 31 km de meta. Pero mañana, Alpe d'Huez. Y será otra historia.