Un año mágico | Ciclismo

Alberto Contador ya es el mejor ciclista mundial

En sólo quince meses Contador completó la Triple Corona (Tour, Giro y Vuelta) y selló su pase al club de los grandes campeones. Este año tiene el enemigo en casa: Armstrong.

Por segundo año consecutivo, Alberto Contador fue elegido como mejor ciclista del año por un tribunal de expertos reunidos por la revista francesa Vélo. Esta segunda votación terminó por aclarar cualquier duda que surgiera a raíz de la expulsión del danés Rasmussen en el Tour 2007, que terminó por allanarle el camino.

Esta vez, El Pistolero de Pinto tuvo la corriente en contra. El Tour vetó a su equipo, el Astaná, por errores que otros cometieron (Manolo Saiz, Vinokourov, Kashechkin..). Alberto se quedó sin poder defender su título en Francia. Un fuerte sentimiento de solidaridad le impidió agarrar la alternativa que le daban: cambiar de conjunto para poder estar en el Tour. No podía dejar un barco que habían diseñado para él en el que muchos marineros eran sus amigos.

La suerte le recompensó. Se entregó a tope y arrasó en las vueltas a Castilla y León y País Vasco, creyendo que era lo único que podría comer hasta la Vuelta a España. Pero estando de vacaciones en la playa, con su novia, el Giro de Italia le abrió una inesperada puerta seis días antes de su inicio.

�Corres seis etapas y te retiras�. Ése era el plan pactado por su equipo y los organizadores. Pero Contador, que llegó fuera de forma, se fue calentando, más de cabeza que de piernas. �A saber si vuelvo a correr otra vez el Giro. ¿Y si aguanto y llega mi oportunidad?�, se preguntaba.

Aguantó, salvó la crono, se puso líder en los Dolomitas y manejó las ambiciones y luchas internas de los italianos para terminar controlando la carrera a su antojo, como si fuera Julio César.

Más que de fuerzas, su triunfo en el Giro fue de estrategia, un arma que distingue a los grandes campeones. Esa pericia la tuvo que utilizar también en la Vuelta a España, donde ya vimos al Contador fuerte, agresivo, adicto al espectáculo, vencedor en el Angliru y Fuentes de Invierno, pero con el verdadero enemigo en casa: Levi Leipheimer, escondido tras su estela, benefi ciado por la táctica del equipo, pero sin dar la cara, sin desgastes. Contador tuvo que hilar fi no y hallar la solución en las bonifi caciones.

Contra el mito. Es lo que le va a tocar también este año. Pero multiplicado. Ya no son Leipheimer y Klöden, también es Armstrong. Palabras mayores, un mito, un cacique allá donde vaya. Veremos cómo lo resuelve. Pero no desconfíen. Este chico de 26 años, gran escalador y cada día mejor contrarrelojista, con un corazón como un balón (32 pulsaciones en reposo y hasta 210 en pleno esfuerzo) y un cerebro privilegiado, no deja de sorprendernos. Seguro que el campeón de la Triple Corona (Tour, Giro y Vuelta) encontrará una solución.

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