Taekwondo | Campeonato del mundo

Un golpe de oro eleva al cielo a Montesinos

España suma oros, dos platas y tres bronces

pepe andrés

Un madrileño, de Getafe, llevó al Palacio de los Deportes al delirio manteniendo el suspense hasta el final. Rubén Montesinos, de 30 años, se convirtió ayer en el héroe del día al ganar el oro en el peso pesado, el segundo para España. Con estos dos oros, dos platas y tres bronces, España subió hasta el segundo lugar del medallero.

Con un Palacio engalanado de banderas españolas y abarrotado por un público (unos 10.000 espectadores) con ganas de fiesta, empezó la jornada vespertina. Ya sólo quedaba Rubén. Los cuartos de final se habían convertido en una final anticipada ante el iraní Morteza Rostami. Y como tal se vivió. Rubén le echó mucho valor y, así, en los segundos finales, igualó el combate forzando la muerte súbita. Pero la estadística jugaba en su contra. Las cinco muertes súbitas a las que había llegado España en este Mundial las había perdido todas. Rubén logró romper el hielo y se plantó en semifinales gracias a un Bandal Chagui (quédense con este nombre), patada circular en el costado. Acababa de vencer al hasta entonces vigente campeón del Mundo.

En semifinales, se vivió otra final. Esta vez ante el coreano Heo Jun-Nyung. Los árbitros acertaron al no subir al marcador un punto del coreano con el juego parado: 11-10. Con el público volcado, Rubén aprovechó los 50 últimos segundos para desnivelar la balanza hacia su lado: 11-12, y a la final.

Y en la final, la de verdad, un marroquí, Abdelkader, le llevaría otra vez al abismo de la muerte súbita. Llegado a este punto, poco tenía que perder y mucho que ganar. Hizo otro Bandal Chagui, un golpe de oro para una medalla de oro, su primera en un Mundial. Y a los 30 años, que aún sabe mejor. Un sueño hecho realidad. Y en su ciudad. Rubén ayer hizo cierto el dicho popular: "De Madrid, al cielo".

Montesinos "He flotado en el tapiz"

Ha sido increíble. El público me ha sacado los colores de tanto que me ha animado. He flotado en el tapiz. Ha sido algo indescriptible. Con este ambiente, en la muerte súbita he salido a arriesgar porque sólo pensaba en el oro y he entrado con toda mi alma".

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