Carlos Bardem

"Para mí practicar el boxeo es como disfrutar del buen sexo"

Pertenece a una de las sagas más célebres del cine español. Y también a una de las más aficionadas al boxeo. Carlos Bardem, al igual que su hermano Javier, lo practica por verdadero placer.

¿Qué es lo que más le llama la atención del boxeo?

Yo he hecho siempre deportes de contacto, me gustan. He jugado al rugby durante 20 años, he practicado kick boxing y ahora, boxeo. Todo el mundo sabe que a mayor exigencia física, más gratificación. Y de todos los deportes que he practicado, el boxeo es el más exigente físicamente y mentalmente.

Háblenos de esa parte mental del boxeo, por favor.

El boxeo requiere táctica. Es muy exigente mentalmente.

¿Qué destacaría de él?

Que es muy completo. Tienes que ser muy veloz, pero muy resistente. Muy fuerte, pero muy flexible. Disponer de una velocidad de reacción muy grande, muchos reflejos. Aúna facetas que, en teoría, son contradictorias entre sí en un deportista.

¿Y usted se subiría a un ring como el actor Daniel Guzmán?

Una cosa es el practicante y otra el competidor. Para subirse a un ring hay que tener una madera especial porque un boxeador es un señor que consigue algo imposible, suprimir su instinto de supervivencia, es alguien que está dispuesto a recibir daño y es muy difícil llegar a eso. Ése es un mundo. Luego está el mundo de los que lo practicamos como deporte para estar en forma, para soltar adrenalina, y para eso es el mejor.

¿Pero se subiría o no?

No lo sé. No.

¿No lo haría por pudor, por miedo...?

No lo haría por pudor y porque conservo mi instinto de supervivencia. Yo le tengo un respeto al boxeador que roza lo religioso. Si me hubiera pillado más joven, pues a lo mejor.

También es conocida la pasión de su hermano Javier por el boxeo. ¿De dónde les viene?

Ahí vamos a la par. A mi hermano Javier, al que le llevo seis años, le metí yo a jugar al rugby. Él llegó a debutar con la Selección juvenil y luego lo dejó porque era incompatible con su profesión de actor. Después le metí el gusanillo del boxeo.

¿El boxeo le inspira?

Yo dirigí una publicación, Cuadrilátero. Era una revista de boxeo y de cultura donde se publicaron trabajos de gente importantísima: Umbral, Eduardo Arroyo... Y todos lo hacían por amor... al boxeo. Cuando un deporte suscita esas pasiones, merece la pena acercarse a él sin prejuicios.

¿Seguirá practicando boxeo hasta...?

Lo hago por hacer deporte, no concibo la vida sin él, así que...

¿Y cómo es su estado tras practicar una hora de boxeo?

De exaltación total. Está explicadísimo. El ejercicio físico y, por extensión, practicar boxeo es como disfrutar del buen sexo, produce una gran descarga de endorfinas y un estado de euforia. Yo practico buen sexo y muchos deportes, entre ellos, por supuesto, el boxeo.

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