"Habrá cárcel para los que inciten al dopaje"

El Gobierno español actuará sin contemplaciones contra aquellos que se vean envueltos y participen en prácticas dopantes. Cumplirán penas de cárcel y serán tratados como criminales. Habrá también una ordenación legal que permita realizar muestras sanguíneas a los deportistas, hasta ahora no contemplada en las leyes españolas. Éstas fueron algunas de las medidas contra el dopaje que anunció ayer el Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, en la presentación del proyecto del Plan Nacional Antidopaje, una de las apuestas más ambiciosas desde que ocupa el cargo. "Se aplicarán criterios de política criminal a la hora de castigar y habrá cárcel para los que inciten al dopaje", dijo.

El Plan Nacional Antidopaje se compone de un paquete de 59 medidas, que se dividen en cuatro grandes líneas de actuación: reformas legislativas, medidas preventivas, medidas de control y medidas de represión del dopaje. Lissavetzky definió el citado Plan como "un proyecto ambicioso, de amplio espectro y cuyo principal objetivo es cubrir vacíos legales que existen en España". "Se trataba de crear un marco legal único regulador que actualice la situación de España en la lucha contra el dopaje. Elaborar una ley es la primera medida, aunque al afectar a diversas leyes y decretos tiene su lógica complejidad", explicó el secretario de Estado.

Cubrir vacíos.

Uno de los vacíos que más le ha preocupado al secretario de Estado en la elaboración del Plan ha sido el existente en relación al entorno del deportista, hasta ahora inmune en materia de dopaje. "El Plan se desarrolla como reflexión sobre la lacra en que se ha convertido el dopaje a nivel mundial y en nuestro país porque afecta no sólo al Juego Limpio, sino también a la salud de los ciudadanos. Va a haber represión y sanción para aquellos que asistan, inciten, instiguen o intenten disimular el dopaje en el deporte", recordó Lissavetzky.

La creación de una policía antidopaje específica y de una unidad antidopaje en la Fiscalía General del Estado son otras de las importantes y novedosas medidas que contempla el Plan, dentro de los instrumentos necesarios para aplicar la nueva Ley contra el dopaje.

Lissavetzky subrayó que el deseo del Gobierno español es estar en vanguardia y aparecer como un país destacado en la lucha contra los tramposos y para ello recordó que el laboratorio del Consejo Superior de Deportes es uno de los más avanzados del mundo en materia de detección: "Nuestro laboratorio es de referencia mundial, uno de los 32 homologados a nivel internacional y fue el sexto en conseguirlo en 1982. Dentro de 30 días podrá realizar los tets necesarios para detectar la desoximetil-testosterona (DMT), el último anabolizante descubierto por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)".

Acortar los plazos.

El secretario de Estado se refirió también a la dilatación de la resolución de los expedientes sancionadores: "Queremos respetar el derecho de la Constitución, pero también pretendemos disminuir la litigiosidad. Hacer posible que sea la excepción los que recurren a la justicia ordinaria y retrasan los procesos".

Lissavetzky recordó que el doping es un problema de todos, que no afecta sólo al deporte de alto nivel, sino también, y lo que más le preocupa, "a un alto porcentaje de ciudadanos que no están federados y que para mejorar en su forma física recurren, muchas veces sin saberlo, a este tipo de sustancias".

Por ello, el secretario de Estado anunció que a partir de ahora se abre un periodo de diálogo, que espera sea "no muy dilatado" con los responsables políticos y deportivos, las Comunidades Autónómas, la comisión de Deportes de Municipios y Provincias, las federaciones, el Comité Olímpico Español, el paralímpico, las Ligas profesionales, las asociaciones de jugadores, colegios de médicos, farmacéuticos. El Plan Nacional Antidopaje ya es una realidad.