Andrea Tafi

"Me voy contento porque he alcanzado lo máximo"

Andrea Tafi (Fucecchio, Italia, 7-5-1966), deja el ciclismo el 10 de abril en la París-Roubaix. La cuenta atrás está en marcha. Mañana compite en Italia y el sábado, en Valencia.

A punto de cumplir 39 años llega a Saunier Duval para retirarse. ¿Está seguro de que deja el ciclismo?

Bueno, si gano la París-Roubaix, a lo mejor me lo pienso No, es broma. Me voy contento porque pienso que he alcanzado lo máximo en el ciclismo. Yo iba a dejarlo el año pasado, pero tuve problemas de salud, no me encontré bien en esta clásica, mi favorita, y yo quiero acabar aquí y, a ser posible, haciéndolo bien.

¿Lo de retirarse lo dicen los años, el cuerpo, la familia?

Cuando llego de una carrera siempre me van buscando Llevo 17 años como profesional y es mucho tiempo. Estoy muy contento de estar en este equipo, Saunier Duval, porque ha sido el único, después de Mapei, que ha creído en mis posibilidades, en que aún puedo ganar la París-Roubaix. Además, puedo ofrecer mi experiencia en las clásicas a los jóvenes del equipo.

¿Cuál es su mayor ilusión para su última temporada?

Quiero que el equipo que venga conmigo a Bélgica esté convencido de que lo va a hacer bien. Voy a preparar con mucho tiempo esta carrera, con la cabeza, con concentración. Con un líder que te guíe es más fácil. Yo voy a dar al equipo toda mi experiencia de estos años.

¿Por qué la París-Roubaix?

Porque es muy especial, muy diferente a las otras. La carretera no es la misma. El público y la gente, que te anima cuando estás lleno de tierra, tampoco. Es una carrera de otro tiempo. Para mí es la más grande de todas.

¿Cuándo se enamoró de la París-Roubaix?

Tenía 10 años cuando vi en la tele a mi corredor preferido, Francesco Moser, ganar esta carrera. Me sorprendió mucho aquella piedra (por el pavés), la tierra Y dije: ésta es mi carrera. La primera vez que la corrí, en 1990, cuando llegué a la meta sentí una gran liberación. Fui todo el rato contraído y al día siguiente me dolía todo el cuerpo: las manos, los hombros

Eso que cuenta suena un poco masoquista

Sí, sí, para ser corredor hay que sufrir... siempre.

Y luego la ganó.

Sí, en 1999. Fue una emoción muy especial. Iba solo y a medida que la ventaja aumentaba, pensaba en que era la primera vez que mi mujer y mis hijos venían al final de la París-Roubaix, al velódromo. Entonces me dijo el director por el pinganillo: 'Venga, que vas a ganar, que están aquí Greta, Tomasso y Gloria (sus hijos y su mujer), que te están esperando. Eso fue lo máximo.

¿Usted ha trabajado con Bartoli, Museeuw, Bettini, Óscar Freire?

Le diré más: Chiappucci, Roche, Bontempi, Girotto Aprendí mucho de todos ellos.

¿Y cómo ve el futuro de Óscar Freire?

Freire es un hombre especial. Algunas veces me he preguntado cómo participando en 30 carreras, puede ganar las mejores Luego hablabas con él y te decía que esa semana se había entrenado dos veces y llegaba la carrera y ganaba Freire tiene mucha clase. Pero además es muy humilde y, ahora, es muy grande.

¿Ya ha pensado a qué se va a dedicar dentro de unos meses cuando deje de ser ciclista?

Ahora estoy rehabilitando un viejo molino, para el que quiera hacer agroturismo. Vamos a construir tres casas con ocho apartamentos cada una, para que vengan aquí los ciclistas. Porque yo dejo el ciclismo profesional, pero pienso seguir montando en bicicleta y voy a estar allí para que todo el que vaya, amantes del ciclismo, y quieran andar conmigo y disfrutar del contacto con la naturaleza.

Dónde está y cuándo lo piensa inaugurar?

Creo que estará terminado en mayo. Está en la Toscana, muy cerca de Vinci, de donde era Leonardo Está a un kilómetro de mi casa. Este va a ser mi nuevo trabajo y estoy muy ilusionado.

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