Esquí | Cuatro trampolines

Ahonen está a un trampolín de hacer historia

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El finlandés Janne Ahonen (Lahti, Finlandia, 11 de mayo de 1977) está cada vez más cerca de su sueño: convertirse en el segundo esquiador de la historia que se adjudica el Torneo de los Cuatro Trampolines haciendo pleno de victorias. El único que lo ha logrado ha sido el alemán Sven Hannawald en 2002. De momento, lleva tres triunfos de tres y todo apunta a que el día de Reyes, culminará la hazaña en la estación austriaca de Bischfshofen. Ayer, en Innsbruck (Austria), Ahonen se impuso con 243,8 puntos y dos saltos de 128,5 y 120 metros, por delante del polaco Adam Malysz y del checo Jakub Janda, tercero.

Con el de ayer, Ahonen sumó su décimo triunfo en los últimos once concursos, lo que le permite casi doblar en la general de la temporada a Jakub Janda (1.080 por 577 puntos). En la del Cuatro Trampolines, Ahonen también manda, aventajando al polaco Adam Malisz en 49,1 puntos.

Su meteórico inicio de temporada no es casualidad. Presente entre los diez mejores saltadores del mundo desde 1994, Ahonen, conocido como El Finlandés Volador, comenzó a practicar los saltos a los siete años en su Lahti natal, una localidad de 100.000 habitantes, situada a una hora de Helsinki, y a los 15 años formaba parte del equipo nacional. Con el sino de ser eclipsado por los grandes saltadores de cada momento (Bredesen, Peterka, Schmitt, Malysz...), Ahonen se sintió liberado, deportivamente hablando, la pasada temporada 2003-2004 cuando ganó por vez primera la Copa del Mundo. Desde entonces, Ahonen, también conocido como The Mask (La Máscara) por su rictus serio, sólo piensa en ser también campeón en unos Juegos y en un Mundial.

Criado en una familia de clase media -su padre es sastre y su madre trabaja en una fábrica de ganchos de pesca-, Ahonen se autodefine como "muy familiar". Casado con Tiia y con un hijo, Nico, Janne ama tanto su ciudad natal que en 2002 se construyó allí una casa, en un idílico paraje cerca de un lago. Cuando no esquía, le gusta montar en moto y pintar. Su delgadez (pesa 66 kilos y mide 1,84 metros, le permite eludir las dietas "que odia". Mientras otros pierden peso para saltar más, Ahonen se confiesa un gran bebedor de cerveza. Y todo lo hace sin esbozar ni una sola sonrisa. "Estoy aquí para saltar, no para divertirme", suele decir. Igual hace una excepción el día de Reyes si logra ganar el cuarto trampolín y hacer historia.

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