Fueron despedidos y recibidos entre aplausos y lloros

"No me lo creo", repetía Nadal.

Los héroes de la Copa Davis despertaron pasiones a su paso tras la conquista de la Ensaladera. Los jugadores, después de cenar en el pabellón de la Navegación, anduvieron por Sevilla hasta altas horas de la madrugada. Antes, sobre las 22:00 horas del domingo, acudieron al que fuera uno de los pabellones estrella de la Expo'92 para recibir los halagos de las instituciones, que se mostraron exultantes "por la perfecta organización del evento", como afirmó el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín.

Y llegó la fiesta. Antique, conocida discoteca sevillana, fue la encargada de albergar la primera parada de los españoles. Allí fueron recibidos por una gran cantidad de aficionados que les ofrecieron una enorme ovación. En el lugar también se encontraban diversos representantes del deporte sevillano, como los futbolistas del Betis, Joaquín, Juanito y Castellini, y los sevillistas Alfaro, Baptista e incluso Caparrós. Tras abandonar Antique, los tenistas siguieron quemando la noche sevillana. Estuvieron en un par de locales más en los que celebraron "el momento más importante de todas nuestras vidas", según reconoció Moyá.

Ayer, con visibles rasgos de cansancio en sus caras, los jugadores dejaban a las 18:00 horas Sevilla. La noticia de que Moyá, Nadal, Ferrero y Robredo andaban por la concurrida estación de Santa Justa corrió como la pólvora. Por los vestíbulos había muchos aficionados desplazados de toda España. Entre aplausos, ovaciones, incluso lloros de las fans más emocionadas, los jugadores se subieron al AVE. Rafael Nadal reconocía seguir aún en una nube. "No me lo termino de creer. Esto es un sueño", repetía.

A su llegada a la estación de Atocha en Madrid a las 20:30, volvió a repetirse la misma historia: aplausos, gritos, lágrimas, autógrafos, fotos... Tras el baño de multitudes, partieron hacia los estudios de la SER para ser entrevistados por José Ramón de la Morena en El Larguero.

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