La historia de la Eurocopa | España-1964

España aprovechó su gran oportunidad

En esta segunda edición participaron doce selecciones más que en la anterior. Tras el fracaso en el Mundial chileno, el nuevo seleccionador español José Villalonga rejuveneció el equipo. Pese a la retirada de 1960, la UEFA encargó a España la organización de la fase final. En el Bernabéu se derrotó a Hungría y se desposeyó a los soviéticos de su título con un gran gol de Marcelino.

Bernardo de Salazar

En la segunda edición de la Eurocopa hubo un sustancial aumento de participantes. De los primitivos diecisiete se pasó a veintinueve. Sólo quedaron al margen Escocia, Finlandia, Chipre y la poderosa Alemania Federal. Para cubrir las dieciséis plazas de octavos de final se enfrentaron 26 selecciones en primera ronda. Quedaron exentos los soviéticos por ser campeones y Austria y Luxemburgo mediante el sorteo celebrado en Zurich.

El Mundial chileno marcó la trayectoria de algunas selecciones. Las fracasadas, entre ellas España, cambiaron sustancialmente sus planteamientos: nuevo seleccionador y renovación de jugadores.

En la primera ronda apenas se produjeron sorpresas. Llamó la atención la goleada francesa (5-2) sobre Inglaterra gracias a los goles de Wisnieski, Douis y el morenito Cossou; Portugal, con sus estrellas Eusebio y Coluna, cayó en el desempate frente a Bulgaria en San Siro.

En octavos el choque más impactante se produjo entre Italia y la URSS. La victoria de Moscú (2-0) no pudieron remontarla los azzurri en Roma pese a contar con ases como Rivera, Facchetti, Mazzola, Burgnich, Trapattoni... La gran sorpresa se produjo cuando Luxemburgo eliminó a Holanda. España pasó serios apuros ante los irlandeses del Ulster y a Belfast fue llamada la vieja guardia de Gento, Suárez y Del Sol para remediar el entuerto. Casi todas las eliminatorias estuvieron muy igualadas. Un solo gol separó a Austria, España, Francia, Hungría, Luxemburgo y Yugoslavia de sus adversarios.

En cuartos de final Dinamarca se vio favorecida por su lucha con el modesto Luxemburgo; Hungría sufrió para dejar a Francia en la cuneta y españoles y soviéticos no pasaron apuros para llegar a la fase final. En los primeros días de mayo la UEFA se había reunido en Madrid bajo la presidencia de Stanley Rous, antiguo árbitro inglés ascendido a presidente uefo. Todavía no se habían resuelto las eliminatorias entre suecos y soviéticos y franceses y magiares, pero se decidió que la fase final fuese en España. Madrid y Barcelona serían las sedes de las semifinales, España jugaría en el Bernabéu contra el vencedor del duelo franco-húngaro mientras que los daneses lo harían en el Camp Nou contra el triunfador del choque sueco-ruso.

La retirada española de 1960 no había dejado secuelas y tras cumplir su sanción económica se encargaba a la federación, que ahora presidía Benito Pico, la organización de los partidos finales. Esta vez triunfaría el deporte y los soviéticos serían recibidos con toda clase de atenciones, tanto en Barcelona, donde derrotaron a los daneses, como en Madrid, donde perderían su título frente a la selección anfitriona y en presencia de Francisco Franco. El equipo español no desperdiciaría la coyuntura favorable para hacerse con el título de Campeón.

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