PARÍS 2024 | BALONCESTO

Scariolo: “Una medalla sería extraordinaria, inesperada e increíble”

Sergio Scariolo habla con AS en la víspera de que la Selección española de baloncesto arranque sus cuartos Juegos Olímpicos. No se rinde: “Que no nos pongan en el fondo de los sondeos, nos espolea”. Aunque también avisa: “Nuestra nueva normalidad es pelear”.

CHEMA DIAZDiarioAS

Un icono con los cinco aros fija la imagen del wassap del seleccionador español de baloncesto. Pese a que es cuarta cita olímpica, Sergio Scariolo mantiene a sus 63 años la ilusión de los primeros Juegos, donde llevó a España a tocar el cielo con las manos en Londres, donde alcanzó una plata dorada ante una de las mejores Estados Unidos de siempre. El maestro de Brescia habló con AS de arrancar un torneo durísimo, en el que además de luchar contra Australia, Grecia y Canadá, deberá lidiar con asuntos logísticos como jugar los dos primeros partidos a las once de la mañana. Eso, sin contar los líos previos con las canchas de entrenamiento.

Su icono en el estado de wassap son los aros olímpicos. ¿Significa motivación?

Significa ilusión por el privilegio de poder vivir mis cuartos Juegos. Y por el orgullo de representar un movimiento (el baloncesto masculino español) que vive, creo, que sus séptimos consecutivos. Algo que es muy caro hoy en día. Eso es casi como es estar en Primera, respecto a la Segunda. Y hemos conseguido mantener la categoría. Es muy importante estar en esa élite restringida, sobre todo considerando a los países que no han podido estar.

Antonio Díaz Miguel dirigió a España seis veces en unos Juegos; usted va por la cuarta ya.

Lo de Antonio tiene muchísimo mérito por el momento y lo que Antonio supuso para el baloncesto español. Abriendo la ventana hacia el baloncesto internacional, hacia Estados Unidos. Antonio fue un precursor, una leyenda. Es cierto que en aquella época la permanencia en los banquillos era mayor. Pero hay que darle mucho mérito porque fue un visionario.

Llega a los Juegos de París habiendo superado ya los 200 partidos dirigidos con la Selección. Y con un 80% de victorias. Usted es alguien de mirar más presente y fututo, ¿pero qué balance hace de lo que queda atrás?

Muy positivo. Estoy encantado de esta experiencia que sigue. Que ha sido muy variada. Momentos de inicio, momentos de increíble triunfo, momentos de mucho trabajo para mantener la competitividad y llevar a cabo el recambio generacional… Ha habido muchas cosas en esto y el número de los partidos es importante, pero me quedo más con la calidad de las personas que he podido encontrar, de los que he podido aprender, establecer lazos humanos. Jugadores, colaboradores. Creo que ha sido una experiencia tan grande, y que tiene delante un camino marcado para los próximos años. Por supuesto, me llena de orgullo, pero también de agradecimiento, porque ha sido enriquecedor en todos los sentidos. No sólo por ganar un Mundial o los Eurobasket (cuatro), sino tener que enfrentarse a problemas diarios, tiempos reducidos para encontrar soluciones… Realmente, por algo que te obliga a crecer, a madurar y a acertar en un número alto de decisiones porque las urgencias de los campeonatos te obligan a rentabilizar al máximo todo lo que tienes a tu disposición. Y ahí tienes que hilar fino.

En Tokio estaban Pau, Marc y Ricky… Sobre ellos han pivotado casi todos los grandes éxitos de la Selección. ¿Cómo ha sido el proceso de renovación hasta llegar a las puertas de París? Por el camino, han sido capaces de ganar un Eurobasket incluso.

Hay una diferencia abismal. Ese era el último capítulo de unos jugadores que marcaron realmente una época en una cantidad importante. El Chacho también se retiró en este tiempo. Ricky, de hecho, no ha vuelto a estar en un gran torneo y puede que fuese también su despedida. Aquí tenemos aún a Rudy y Sergi pero ya nos hemos encaminado hasta este nuevo ciclo olímpico que tiene como objetivo preparar el crecimiento del equipo para el siguiente. Y, a la vez, seguir manteniendo la máxima competitividad posible. Y con una imagen de equipo positiva, cohesionada, luchadora, generosa, sacrificada. Esa ha sido la identidad de este equipo e, independientemente de la cifra de talento que tenga uno a su disposición, no tiene que menguar.

¿Le ha dolido íntimamente lo de Ricky, cómo lo ha llevado?

Me ha dolido por haber estado mal. Por supuesto, indirectamente para el equipo, pero sobre todo a nivel personal y humano. Sabes que una persona a la que tienes mucho cariño está mal. No puedes pensar en el equipo en ese momento, a la primera, y no puedes hacer sino tener un poco de tristeza por él y esperar que poco a poco vaya realmente recuperando del todo esa alegría. Que realmente pueda vivir una vida feliz y gratificante. Creo que, de alguna manera, el baloncesto querrá que Ricky se quede como jugador o lo que quiera. Pero lo importante es que sea feliz. El resto es adaptarse a realidades distintas. Han ido y venido muchos jugadores de altísimo nivel. La vida en la Selección sigue, pero sigue, a nivel humano, un poco menos llena sin Ricky. Pero luego encuentras otras motivaciones humanas y emocionales. Ayudar a jóvenes a crecer, gestionar… Cambian cosas pero hay que acoplarse a los cambios de escenario.

“La vida en la Selección sigue, pero sigue, a nivel humano, un poco menos llena sin Ricky”.

Sergio Scariolo

El grupo es terrorífico: Australia, Grecia, Canadá. ¿Desde qué prisma que es correcto afrontar el campeonato, incluso a nivel de crítica?

Muy sencillo. Nosotros estamos al fondo del grupo y tenemos que hacer un grandísimo esfuerzo para intentar recuperar alguna posición. No soy muy original porque todos y cada uno de los sondeos lo ven así. Estamos a los pies de una montaña muy empinada y tenemos que levantarnos y pedalear y tenemos que hacer un gran esfuerzo. Sabemos que es posible que incluso con eso no nos dé, pero tenemos que salir orgullosos del intento. Y ser realmente creíbles en el intento. Por ejemplo, yo estoy muy orgulloso del Mundial del año pasado. Porque incluso en el momento en el que los obstáculos se revelaron objetivamente superiores a nuestra realidad, eso no fue obstáculo para luchar hasta, literalmente, la última posesión; y mantener esa imagen de equipo que se ayuda, comparte, solidariza y tiene buenas actitudes siempre para con el otro. Eso, hasta que llega el momento de dar la mano al rival si es eso lo que toca.

“Los sondeos lo ven así. Estamos a los pies de una montaña muy empinada y tenemos que levantarnos y pedalear”

Sergio Scariolo

En la rueda de prensa posterior a la eliminación de aquel Mundial dijo que habían llegado hasta donde podían en función de lo que tenían y que, para el año siguiente, mirarían quién estaba, quién no, y con los que tuviese irían a la guerra. ¿Cómo están de preparados para la guerra estos doce?

Una buena disposición porque la gente está metida, con disciplina. Con ganas, cohesión. La actitud es buena, el deseo de competir también. Creo que el hecho de estar al fondo del grupo en los pronósticos espolea un poquito, en cierto sentido, el orgullo competitivo, especialmente para los que nos hemos visto en otras tesituras y nos resistimos a aceptar pasivamente. No a entender, porque seríamos tonto si no lo entendiésemos; sino a pelear. Nuestra nueva normalidad es esa y tenemos ganas de darlo todo para seguir siendo un equipo difícil de ganar.

“Nuestra nueva normalidad es pelear; pero que los sondeos nos pongan al fondo nos espolea”

Sergio Scariolo

¿Que la primera semana se juegue en Lille en lugar de en París cree que resta motivación a los jugadores, les da tranquilidad y los focaliza mejor?

A ver, a nivel deportivo probablemente será más sencillo todo lo que rodea al evento. La logística, el entrenamiento... Pero en cuanto a la motivación, fundamental, no vivir los Juegos desde el corazón olímpico, la Villa olímpica principal, quita un poco de poesía. Yo la he vivido tres veces; y ya sé de qué va. Pero lo siento por los que están en sus primeros Juegos. Pero nadie nos puede prohibir soñar entrar en esa Villa de París…

“No vivir los Juegos desde el corazón olímpico, la Villa olímpica principal, quita un poco de poesía”

Sergio Scariolo

Dos partidos a las once de la mañana, otro a las 17:15 horas… Esto no es habitual. ¿Cómo lo van a hacer?

En plan broma. Lo subrayo, en plan broma, digo que si uno tiene que ser segundo, y anteriormente primero en el ranking mundial para tener el grupo de la muerte y jugar dos partidos a las once de la mañana, realmente mejor ser cuarto o quinto como le ha pasado a los que están en grupos y horarios más asequibles también. Al final, te tienes que adaptar a la realidad y tienes que encontrar la manera con tus colaboradores, que tienen experiencia y conocimientos, para que fisiológicamente el jugador se acostumbre a horarios inusuales para poder incluso sacar una ventaja al rival si somos capaces de ajustarnos mejor a este hecho inusual.

¿Ya están haciendo algo especial?

Todavía no.

¿Cómo ve a Rudy en la previa de sus sextos Juegos?

Está bien. Motivado, mentalizado, con buena disposición para ayudar a los demás, para mantener el grupo cohesionado. Seguramente lo vi un poco nervioso durante el Preolímpico por razones muy fáciles de entender. Ahora se ha podido relajar y está dispuesto, sobre todo, a disfrutar. Porque, realmente, es un privilegio ver una serie de cosas sabiendo que son las últimas que te toca vivir. Pero también pudiéndolas afrontar con mucho conocimiento de causa, mucho vivido atrás. Y poder saborearlo hasta el final.

“Vi a Rudy un poco nervioso durante el Preolímpico por razones muy fáciles de entender. Ahora se ha podido relajar”

Scariolo

¿Y a usted le da tiempo a saborearlo?

Bueno. Como decía antes, el poquísimo tiempo que dedico a mirar hacia atrás, que es mínimo, lo valoro. Si me hubiesen dicho que íbamos a estar fuera de la Villa olímpica principal en mis primeros Juegos hubiese sido como si me hubiesen cortado una pierna. Ahora, me lo tomo diferente. Y como al final siempre acabas por hacer tu concentración, la energía está más volcada cada vez a la competición.

A nivel táctico, ¿unos Juegos son distintos respecto a un Eurobasket y un Mundial por ser más cortos?

Obviamente, hay diferencias. Aquí, literalmente cada canasta cuenta desde el primer partido. Y la posibilidad de tener dos días entre partido y partido permite poder considerar el nivel de minutaje y rotaciones casi como si hubiese sólo un partido porque hay margen de recuperación. En el Mundial y Eurobasket hay momentos de back to back. Pero la preparación táctica no varía.

Decía Jordi Fernández, seleccionador de Canadá, que creía que era el torneo con más talento olímpico de la historia.

Diría que es difícil comparar épocas distintas. Pero la cantidad de talento que había en Londres fue brutal. Es cierta una cosa. Que no tanto en el equipo estadounidense, sino en el nivel de las otras selecciones, está la foto del crecimiento del baloncesto en el mundo. Canadá, por entonces, ni estaba, ni se clasificaba. Ahora está vista como la segunda fuerza mundial. Hay equipos que no han llegado que han alcanzado un nivel altísimo. Y por otro lado está la consideración geopolítica, que a las 12 no van los mejores del mundo sino los que mejor han sabido competir.

¿Cómo se plantea ver a Estados Unidos, como un rival o como un admirador más?

Dan la sensación de estar mentalizados y muy centrados en los Juegos, que a veces no les pasa en el Mundial. Realmente, es maravilloso el liderazgo que LeBron James está ejerciendo. Con esa conciencia de lo que es representar a Estados Unidos, a la NBA, al vértice y el foco al que todo el mundo mira. Pero todo eso genera una presión enorme por las expectativas. El liderazgo de LeBron es una señal de lo importante que es ir y competir, en función de lo que son tus posibilidades, pero con todo el orgullo y la dignidad competitiva.

¿Es el segundo mejor Dream Team desde el 92?

Honestamente, la de 2012, hasta la fecha, y vista a posteriori, sólo estuvo un dedo por detrás de la de 1992. Veremos la de 2024. Esperemos un poquito. Sobre el papel, está por ahí, en ese mini-grupito de élite de Dream Team.

“El Dream Team de 2012, hasta la fecha, y visto a posteriori, sólo estuvo un dedo por detrás de la de 1992. Veremos este...”

Sergio Scariolo

¿Ha estrenado ya el museo en su casa de Marbella?

Ya está prácticamente terminada.

Hay dos medallas olímpicas, ¿no?

Sí.

¿Hay sitio para la tercera?

(risas). Hombre. Sitio siempre se encentra. De momento hemos colgado. Si pasara eso, sería algo tan extraordinario, inesperado e increíble que, seguramente, a las otras hermanas no les importaría tener un lugar un sitio más estrechito para hacer sitio a la nueva.

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