Rudy: “Nadie quiere enfrentarse con España”
Cuando el alero (Palma de Mallorca, 1985) salte a la cancha del Pierre Mauroy Stadium de Lille (Francia) ante Australia este sábado, se convertirá con seis en el jugador masculino de baloncesto con más Juegos.
Rodolfo Fernández Farrés (Palma de Mallorca, 1985) atiende a AS tras un entrenamiento de la Selección en la Ciudad Deportiva del Real Madrid en Valdebebas. Está tranquilo, suelta alguna broma con el staff técnico antes de comenzar una entrevista en la que el alero habla de sus últimos días como jugador profesional. Rudy, que debutó en la élite con el Joventut en abril de 2002, disputará sus últimos Juegos en París, los sextos (más que nadie en la historia del baloncesto masculino) en una carrera de 22 años en los que ha ganado 29 títulos (26 con el Madrid y 3 con la Penya) y 11 medallas en 18 veranos de 19 posibles con España. Sus 262 encuentros con la camiseta de la Selección es el máximo en el baloncesto masculino nacional. En el global, solo le supera Laia Palau y sus 314 internacionalidades.
Qué sintió cuando finalizó la final del Preolímpico de Valencia contra Bahamas (victoria por 86-78) y logró su clasificación para los Juegos de París?
Un poco de todo. Alegría. Muchísima emoción de poder cumplir uno de los objetivos que tenía a nivel personal. Muy contento también por el equipo, que había trabajado muchísimo para poder llegar a una cita tan importante como son unos Juegos Olímpicos.
Se le vio muy emocionado…
Sí, porque al final era mucha presión. Se hablaba mucho de esta sexta olimpiada. Intentas evadirte, pero es muy difícil cuando todo el mundo está con ese tema. Pero salió todo muy bien y pude disfrutar de uno de los mejores partidos del Preolímpico y, sobre todo, muy contento porque estaba toda mi familia allí.
¿Qué significa para usted esa cifra de seis Juegos Olímpicos, algo que ningún jugador masculino de baloncesto había conseguido antes?
Es algo que no pensaba cuando me estrené en Atenas 2004, pero me siento muy satisfecho de todo el trabajo que he hecho durante mi carrera y de que todos los entrenadores que han pasado por la Selección en estas dos últimas décadas hayan visto que podía seguir ayudando al equipo en estas seis citas olímpicas.
Y ya que se ha llegado a París, habrá que ir a por todas…
Sí. Para nosotros estar es algo increíble. Creo que somos un equipo que compite siempre. Tenemos un grupo muy complicado, muy difícil, pero nadie quiere enfrentarse con España por la historia que tiene este equipo y porque sabemos competir.
Como pasó en el último Eurobasket, que acabó con el campeonato para España, os sitúan muy abajo en las predicciones para las medallas, como octavos candidatos. ¿No se os tiene cierta falta de consideración tras tanta historia y tras todo lo que han demostrado?
Muchas veces nos hemos guiado por esa clase de listas y creo que le da más importancia la gente y la prensa que nosotros. Los deportistas y los equipos que vamos a tener enfrente saben lo competitivos que somos y lo difícil que es ganarnos. Eso es con lo que nosotros nos quedamos. Siempre lo digo: ‘El esforzarse, el tener una actitud de dejarse todo en el momento e irte con esa sensación, creo que es la mejor posible, pierdas o ganes’.
Cuándo le pregunten sus hijos o sus nietos cómo fue su carrera, ¿qué les dirá?
Les diré que fue muy larga (ríe). Muy larga y que la disfruté muchísimo. Que tuve la suerte de vivir muy buenas experiencias, pero que también, como ocurre en el deporte por desgracia, malas; pero estas últimas también me hicieron crecer para ser el jugador que fui. En ese sentido, les voy a decir siempre que yo tuve el sueño de jugar al baloncesto y que lo cumplí con creces.
¿Qué queda en su recuerdo de aquel chico que hizo sus primeros Juegos Olímpicos en Atenas 2004?
Queda el recuerdo de la juventud (ríe), queda que lo viví con mi hermana Marta y que fue una experiencia única para nuestra familia. Y la poca experiencia que tenía en esa clase de torneos. Ahora, claro, estamos hablando de casi 21 años de vivir muchísimas cosas y he cambiado muchísimo.
De los 19 veranos posibles, usted ha competido en 18 con la Selección, ¿qué le ha dado esta familia?
Pues eso: la Familia. Somos un grupo de amigos que estamos contentos cuando nos concentramos, cuando jugamos a las cartas, cuando nos vamos a cenar todos juntos, cuando hacemos entrenamientos sobre la pista… todo eso lo voy a echar mucho en falta, el ambiente que se crea en esta Selección.
Cuando suene por última vez la bocina, ¿qué quiere ser de Rudy?
Quiero ser, bueno ya lo soy, un padre de familia, pero quiero estar más pendiente de mis hijos, quiero disfrutarlos y también estar vinculado al baloncesto. He vivido todo y no voy a poder desconectar del baloncesto porque soy muy aficionado. Ahora iré a ver los partidos del Madrid cuando pueda. Seré un aficionado más, pero a la vez también me gustaría estar tranquilo, disfrutar de mis cosas, de empezar a jugar al golf, que Pau (Gasol) me está metiendo el gusanillo. Disfrutar de la vida que al final son muchos años, muchos viajes y mucha tralla física.
¿Le da cierto vértigo el futuro, el día después de poner punto final a su carrera?
Mire, ahora estoy bastante tranquilo, pero tengo la sensación de que cuando termine, cuando sea ya el último partido ahí me dará el bajón. O cuando empiece el colegio y deje a los niños y después diga ‘a dónde voy, qué hago’ porque al final era una rutina dejar a los niños, venir a entrenar… y ahora se acabará. Intentaré hacer otras cosas, estar más con mi mujer, hacer más cosas juntos, que también lo echo de menos.
¿Cuál ha sido su mejor recuerdo en unos Juegos Olímpicos?
La primera medalla, la plata de Pekín 2008, fue histórica. Vivimos ante Estados Unidos (118-107 para los norteamericanos) uno de los mejores encuentros, pienso, a nivel FIBA. Fue un partidazo el que disputamos.
Su último baile en España este martes ante Puerto Rico (20:30, Tdp)
La Selección disputa este martes (20:30, Teledeporte) en el WiZink Center un amistoso ante Puerto Rico. España cierra en Madrid su preparación para unos Juegos que empezó el pasado 10 de junio en Málaga, 42 días en los que se ha enfrentado a Italia y Dominicana antes de luchar por el billete a Francia en Valencia ante Líbano, Angola, Finlandia y Bahamas. Luego, llegaría Argentina y, hoy, los boricuas, también clasificados para la cita olímpica.
Un balance de 6-1 con Italia como la única capaz de vencer al equipo del capitán Rudy Fernández, que jugará frente a los caribeños su último baile (esta vez sí que sí) en suelo español. Lo hará en la que ha sido su casa definitiva desde 2012 con el Madrid, el Palacio de Deportes. El sábado, estreno en París ante Australia.
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