PARÍS 2024 | GIMNASIA

Ray Zapata: “Hay que ser listo para optar a medalla en los Juegos”

El medallista español no usará los saltos que llevan su nombre “porque son acrobacias que no se ejecutarán en años y toca seguir las modas”.

PIERRE-PHILIPPE MARCOUDiarioAS

Ray Zapata (31) es el único gimnasta medallista olímpico español en activo. Originario de la República Dominicana, llegó a Lanzarote con su familia siendo un niño. Descubrió la gimnasia en España y deportivamente es un producto netamente nacional. En los Juegos Olímpicos de París, este medallista de plata en Tokio en el ejercicio de suelo, “con la misma nota que el primero”, es una de las bazas más sólidas del equipo de Benjamín Bango.

-¿Nunca había visto siquiera algo de gimnasia en Santo Domingo?

-Pues no. Pensaba que era un deporte de mujeres, que en España lo descubrí directamente gracias a mis hermanas, y eso posiblemente me salvó.

-¿A qué se refiere?

-Pues que no me adaptaba a vivir en Lanzarote. Yo era un niño de nueve años acostumbrado a la calle, a jugar allí con mis amigos, sin bridas. De repente aparezco en España y prácticamente encerrado en casa entre cuatro paredes, pues fíjese lo que significa eso para un chico hiperactivo. Me quería ir. No me encontraba bien. Pero un día descubrí la gimnasia, y eso marcó un antes y un después, porque me sentía alegre en el gimnasio, disfrutaba, y cuando llegaba a casa estaba tan agotado que mi comportamiento era muy tranquilo, para alegría de mi madre.

-Veinte años después de aquello es usted una estrella española. ¿Se queja de algo?

-He ido cumpliendo mis sueños. El primero era ser olímpico, estar con los mejores deportistas del mundo, y lo conseguí. El siguiente, conquistar una medalla, subir al podio, ver la bandera de España en el mástil en mi honor en unos Juegos. Y lo conseguí. Soy padre, tengo dos hijos, los puedo sacar adelante porque gracias a los éxitos te van apareciendo oportunidades económicas ¿qué más puedo pedir? Cuando tuvimos al primero de los niños nuestra situación económica era delicada, pero lo hemos revertido. Dos hijos, sí, uno por cada cita olímpica, y aunque hemos cerrado el grifo, si en París me va bien lo mismo encargamos el tercero.

-Iba usted con la planificación preparada este año, pero todo se frustró de repente. ¿Y ahora?

-He estado más de dos meses parado por una lesión. Iba a un campeonato, y viajaba por la mañana cuando los médicos de repente me dijeron que tenía que descansar, un par de semanas. Luego se fue alargando, y han sido once en total. Pero está superado y estamos muy bien en cuanto a la planificación que hicimos. No creo que nos falte tiempo, no.

-Dijo usted que tenía que decidir entre las acrobacias del Zapata 1 o el Zapata 2 para el ejercicio de suelo en París.

-Tenía la idea y el deseo de hacer los ejercicios que yo he inventado para marcar mi estilo, pero al final ninguno de los dos, porque para pelear por las medallas hay que ser listo, ver cómo van las tendencias en la puntuación y adaptarse. En la final de Tokio ya hubo tres gimnastas que se atrevieron con el Zapata 1, y la FIG ahora le ha rebajado el valor en una décima para que haya más variedad. El Zapara 2 no lo va hacer nadie en años.

-¿Se ve usted con posibilidades en París de hacer algo grande?

-Creo que tenemos un buen equipo, y yo voy a salir en tres aparatos (de seis) para esa clasificación, los míos, suelo y salto, y también en anillas. No soy un seguidor obsesivo de la gimnasia, pero siempre sigo a mis compañeros. Y lo que veo es que hacemos muy buena gimnasia, que podemos estar en la final por equipos en los Juegos, dar un paso más en nuestra carrera. Y en lo personal, también.

-¿Eso que significa?

-Pues que el ejercicio de suelo lo tengo muy bien preparado, sé que estoy entre los favoritos, y en ese minuto y medio de trabajo te juegas muchas cosas. Tampoco descarto que haga un buen puesto en salto, y de hecho estoy preparando dos diferentes por si entro en la final tener opción de pelear por uno de los tres primeros puestos. Confío en mi, en el trabajo de mis entrenadores, en lo que hemos hecho en estos años.

-¿Existen rangos en el equipo nacional?

-Creo que la experiencia sirve, el que seas un competidor, el que consigas resultados. Todo eso no es que genere un rango o una primacía, pero te da alguna prerrogativa que antes no tenía. Claro, tienes que cumplir y merecerlo.

-¿Qué se siente cuando se desfila en la inauguración?

-Me lo imagino, pero no lo sé. Los gimnastas siempre faltamos a ese acto porque competimos al día siguiente, y estar cuatro horas de pie, allí, es un gasto físico que te pasaría factura. Lo sabemos y es una de nuestras desventajas. Tiene que ser muy bonito, espectacular, claro.

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