¿Por qué Megan Gustafson juega al baloncesto con España si nació en Estados Unidos?
La interior de Wisconsin ha sido la mejor jugadora de la Selección en la primera fase y tiene que ser fundamental en el durísimo cruce de cuartos con Bélgica.
La Selección española ha firmado una excelente primera fase del torneo olímpico. Tres victorias en tres partidos (3-0), incluidos dos finales agónicos contra China y Puerto Rico y una exhibición coral contra Serbia. De esta forma, España estará en la lucha por las medallas aunque no ha tenido precisamente suerte: pese a estar en el bombo 1, su rival en cuartos de final será Bélgica, campeona de Europa y, probablemente, el mejor equipo del mundo al margen de Estados Unidos. Las belgas acabaron en el bombo 4 (se clasificaron gracias a un triunfo casi milagroso, de hecho) pero serán un rival terrible en el partido bisagra, el clave, el que abre la puerta definitivamente a las medallas.
Sin duda, la estrella de España en la primera fase ha sido Megan Gustafson, que ha promediado 17 puntos, 10 rebotes y 23,7 de valoración con un 75% en tiros de dos. Como gran referencia interior, ha solidificado el juego de la Selección en las dos zonas y ha aparecido con puntos importantes cada vez que el equipo ha necesitado de su talento. Es, después de su debut en el Preolímpico que abrió las puertas de París, el primer gran campeonato de seleccione que Gustafson disputa con España.
La pívot (27 años, 1,91) nació en Estados Unidos (Madison, Wisconsin). Ahora juega en Las Vegas Aces, el campeón de la WNBA (8,8 minutos por partido desde el banquillo), y ha pasado por Dallas Wings, Washington Mystics y Phoenix Mercury en la WNBA y por Olympiacos y London Lions en Europa. Estrella universitaria con las Hawkeyes de Iowa, fue número 17 del draft de 2019. Con el Olimpiacos (2022-23) demostró que podía una jugadora diferencia en el nivel Euroliga (22.4 puntos y 9.4 rebotes), competición en la que ganó el trofeo de Máxima Anotadora.
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Gustafson obtuvo la nacionalidad española por carta de naturaleza el 14 de junio de 2023. Desde luego, no es la primera jugadora nacionalizada en la Selección (en los últimos quince años han sido muy importantes Sancho Lyttle y Astou Ndour), pero su caso llamó la atención porque, como Lorenzo Brown en la Selección masculina, no tenía ningún vínculo con España (ni familiar ni deportivo) cuando obtuvo la nacionalidad, que la da el pasaporte español que puede ayudarle a la hora de negociar futuros contratos en Europa. “Es un buen fichaje”, dijo Elisa Aguilar, presidenta de la FEB, cuando se acabó con los trámites burocráticos y Gustafson pasó a ser apta para jugar con España, algo que está haciendo en París 2024. A las mil maravillas y recibida con los brazos abiertos por el vestuario.
La FIBA permite que en cada selección haya un único jugador nacionalizado, así que Miguel Méndez, el seleccionador, tuvo que elegir entre Gustafson y Ndour y se decantó por la primera para estos Juegos. Aunque ha generado polémica en algunos casos, la Federación Internacional defiende este sistema y asegura que no va a cambiar. Ni para ampliar el cupo ni para eliminarlo, así que las selecciones tienen esta opción a su disposición, algo que se suele usar con jugadores y jugadoras estadounidenses. Como en sus selecciones no hay huecos, pueden ayudar a otras, competir en el primer plano internacional y conseguir un pasaporte que le ayude después en su recorrido profesional. Es el caso de Megan Gustafson, que en ningún caso iba a tener sitio entre las doce del Team USA, un equipo formidable, prácticamente invencible, en el que es complicadísimo hacerse sitio.
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