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PARÍS 2024 | HOCKEY (M) | MAX CALDAS

“No vamos a ganar todos los partidos, pero sí cada partido”

Doble campeón olímpico, el seleccionador de los RedSticks guía en París a un equipo joven con “un buen mejunje de talentos y personalidades”, que estrena el hockey olímpico ante Gran Bretaña.

París
JOAN M. BASCUDiarioAS

Gurú, inspirador y líder de una Selección masculina renovadísima -tan solo Álvaro Iglesias, Jose Chefo Basterra y Álex Alonso repiten de Tokio 2020- culmina Max Caldas un breve ciclo olímpico al frente de los RedSticks con unos Juegos que él bien conoce de primera mano. Como jugador, con Argentina. Y desde el banquillo, en unos Países Bajos con los que se colgó el oro como ayudante de Marc Lammers, en Pekín 2008, y como seleccionador a todos los efectos en Londres 2012.

Sus 21 años en tierras neerlandesas, que comenzaron con un traumático divorcio, le descubrieron a sí mismo, del mismo modo que él guía a un combinado español con “un buen mejunje de talentos y personalidades”, y un estilo de juego “muy alegre, muy ofensivo y divertido”. Unas virtudes que aplaude el mismísimo Pol Amat, uno de los grandes artífices de las dos platas olímpicas de la Selección masculina, en Atlanta 1996 y Pekín 2008.

Lo resume todo Caldas con la siguiente frase, en apariencia contradictoria, en realidad plena de sentido: “Nuestro objetivo no es ir a ganar todos los partidos pero sí ganar cada partido”. Y comienzan este sábado nada menos que abriendo el programa olímpico de hockey, a las 10:00 horas en el legendario estadio Yves du Manoir ante una Gran Bretaña que viene de hacer bronce en la FIH Pro League, fue quinta en Tokio 2020 y, de la mano del sudafricano Paul Revington, cuenta con una resultona mezcla de veteranía y juventud, con siete debutantes olímpicos, y el habilidoso Zach Wallace, candidato a mejor jugador del mundo en 2023.

Max Caldas respira aliviado, tras la clasificación de España en el Preolímpico.DAVID GONZALEZ ARENASDIARIO AS

Fueron uno de los primeros equipos en pisar la Villa Olímpica, seis días antes de la inauguración de los Juegos. ¿Por qué tan pronto?

Como solo tres jugadores tenían experiencia en Juegos y sabía que los primeros días consisten en hacerse con las distancias, el campo, el comedor, la villa, en recibir regalos de todo tipo y en general en ajustar los sentidos, decidimos ir con un margen de una semana.

¿Nunca le preocupó esa falta de experiencia que menciona?

A mí la edad me ha importado poco desde el primer día. Lo que siempre he buscado es que los jugadores hagan suyo desde el programa de entrenamiento a las ganas de mejorar. Si tienen 17 ó 34 años da igual mientras que sean bueno y hayan mantenido un rendimiento y progreso en el tiempo. Además, me gusta mucho enseñar, los jugadores jóvenes me generan energía y motivación, mientras que los experimentados son los más divertidos de gestionar porque si eres capaz de convencerles de un proyecto nuevo te dan mucho. Así que tenemos un buen mix.

¿La clave del éxito es que el jugador se sienta implicado en cada cosa que hace?

Sí. El deporte de equipo es de jugadores, no de entrenadores. Se crece en base a la competencia, y para afrontarla debes tener tus propias herramientas. Nuestra función es más de guía, de ayuda, a veces de corrección, pero sobre todo de dotar al equipo de instrumentos para que en el campo decidan, se equivoquen, acierten, y que ese proceso sea continuo. Los grandes cambios se producen cuando los jugadores se adueñan de sus decisiones, expectativas y deseos. Nuestro trabajo es crearles un contexto de crecimiento para que puedan hacerlo ellos mismos. Y esperemos bajarlo a las categorías inferiores para que de bien chiquitos entiendan que esto no va de mí, esto va de ellos, los jugadores.

“Los grandes cambios se producen cuando los jugadores se adueñan de sus decisiones, expectativas y deseos”

Max Caldas

Y entre aciertos y errores, ¿cuál es el objetivo realista de España en estos Juegos? ¿Los cuartos de final?

El objetivo realista es ganar el próximo partido. Como deportistas de alto rendimiento, lo que nos motiva es una medalla en los Juegos Olímpicos, claro que sí. Y para llegar a ese momento hay que alcanzar los cuartos de final, antes terminar entre los cuatro primeros del grupo y, por tanto, ganar. Nuestro objetivo no es ir a ganar todos los partidos pero sí ganar cada partido, que no es lo mismo. Debemos ser flexibles para ajustarnos mientras vamos compitiendo. La medalla está fuera de nuestro control, pero podemos elegir nuestro camino para llegar a ella.

Y lo dice un doble campeón olímpico, en Pekín 2008 como ayudante y en Londres 2012 a cargo de la selección femenina de Países Bajos…

De maneras muy distintas. Pekín 2008 fueron unos Juegos muy intensos porque la presión había ido subiendo año a año, conforme pasaban generaciones y el equipo femenino seguía sin ganar desde Los Ángeles 1984. Aquel equipo tenía muy claro cómo hacer las cosas para ganar cada partido. En Londres 2012 íbamos con el rol de favoritas pero nos costó más de la cuenta.

Los RedSticks festejan un gol.DAVID GONZALEZ ARENASDIARIO AS

El techo de la Selección española masculino fueron las platas de Atlanta 1996 y Pekín 2008.

Sí. Precisamente hace un tiempo, y junto a Chus García Bragado (el deportista español con más Juegos: ocho), llevamos al CAR de Sant Cugat a Pol Amat (que se colgó ambas medallas de plata olímpicas) y nos emocionó porque dijo a los chicos que se ve reflejado en ellos cuando era joven, que le gusta verles jugar. Eso fue una gran motivación para nuestros jugadores. Tenemos un buen mejunje de talentos y personalidades que nos hace difíciles para el rival y que nos desafía internamente a estar bien siempre. Tenemos una forma de jugar muy alegre, muy ofensiva y divertida.

En ese mejunje, ¿qué rol juega un oro olímpico, que lo fue con Argentina en Rio 2016, como Joaquín Menini?

Hablamos mucho con él. Debe saber liderar desde el ejemplo y no desde la expectativa. Bajar al barro y llevar a los compañeros de la mano en fases del partido. Desde el comienzo ha calado muy bien en los más jóvenes; han cambiado muchos hábitos de comer, descansar, entrenarse, del gimnasio, y ese es sin duda su ejemplo, y también el de Álvaro (Iglesias) o Marc Miralles.

“Pol Amat nos emocionó porque dijo a los chicos que se ve reflejado en ellos cuando era joven”

Max Caldas

¿Es inspirador jugar en Yves du Manoir, el estadio olímpico de París 1924?

Cuando entras el estadio y ves todas las fotos en blanco y negro de la cantidad de deportes que se jugaron ahí, sobre todo rugby, y una tribuna que tiene más de cien años, y por qué se llama Yves du Manoir, entiendes cómo van las cosas. Sí, nos inspira.

Hablaba antes de la selección femenina de Países Bajos. Ante la masculina, a la que también dirigió, cerrarán la fase de grupos. Allí vivió dos décadas. ¿Le cambió aquel país la vida?

Lo que me cambiaron los Países Bajos fue que me descubrí a mí mismo. Yo me divorcié nada más llegar, y con 28 años tenía dos opciones: correr a casa en Argentina y meterme bajo la cama de mi madre, o mirarme al espejo y descubrir realmente qué me gustaba hacer. Elegí ese último camino, y gracias a lo que me pasó de forma privada descubrí quién soy, qué me gusta, a mi mujer, mis hijos, y pude vivir allí 21 años con una gran alegría. Pero España es ahora mi casa y, aunque a muchos jugadores de los Países Bajos los he entrenado, yo elijo a los míos siempre. Siempre.

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