PARÍS 2024 | NATACIÓN

McKeown sigue siendo la reina y Wiffen gana su ‘Juego de Tronos’

La australiana remontó en 100 espalda a Regan Smith, que le había quitado en junio el récord mundial, y fija el olímpico. También lo batió el irlandés, oro en 800 libres. Gran Bretaña repite título.

FRANCOIS-XAVIER MARITAFP

En ese juego al gato y al ratón entre Kaylee McKeown y Regan Smith por el récord mundial del 100 espalda, parte fundamental de ese pique acuático entre Australia y Estados Unidos, la reina sigue siendo la oceánica. Ella perdió la plusmarca universal hace un mes, pero en La Défense Arena volvió a revalidar el oro conquistado en Tokio 2020. Y le añadió un récord olímpico. También lo consiguió Daniel Wiffen, en su caso nuevo en los altares aunque ya los conoce de cuando hizo de extra en ‘Juego de Tronos’. Es el nuevo campeón olímpico del 800 libres, en una velada de martes que deparó las victorias de Pan Zhanle y Kristof Milak en sus semifinales. Y, en cuanto a la participación española, que Arbidel González quedó lejos de su final.

Emocionantísima, brillante, estelar transcurrió la final de los 100 espalda femeninos, en los que la estadounidense Regan Smith y la canadiense -aunque residente en Barcelona- Kylie Masse empezaron tan igualadas que culminaron el primer largo en primera posición con el mismo tiempo (28.02). Detrás, a tan solo seis centésimas, acechaba la campeona en Tokio, en Fukuoka 2023 y en cualquier gran carrera de espalda que se precie. Kaylee McKeown recuperó el poco tiempo perdido y más para revalidar su oro e incluso para batir el récord olímpico (57.33).

Lo único que no pudo conseguir la australiana, que venció en esta gran batalla de la monumental guerra acuática que mantiene su país con Estados Unidos, fue recuperar el récord del mundo que le arrebató precisamente Smith (57.66), plata ahora en París, durante los Trials americanos, igual que ella había hecho días antes en los australianos. Completó el podio la otra nadadora que se clasificó aquel día en Indianápolis: Katharine Berkoff (57.98). Cuarta acabó la ‘española’ Masse.

Precioso abrazo entre McKeown y Smith.JONATHAN NACKSTRANDAFP

Wiffen, ocho meses después

Lo consiguió Daniel Wiffen. El irlandés, que hasta el Europeo de piscina corta del pasado diciembre en Otopeni era un absoluto ausente en cualquier tipo de quiniela del fondo, cuya gracia aparente era que había hecho de extra en Juego de Tronos y que su hermano gemelo, Nathan, también es nadador, irrumpió para quedarse. Porque en febrero se coronó campeón del mundo de los 800, pero el pretexto era que faltaban las grandes estrellas.

Pero ahora ya no hay excusa que valga: Wiffen es el nuevo campeón olímpico, superando al anterior, Bobby Finke, y a un Gregorio Paltrinieri que le puso las cosas muy difíciles conforme avanzaba la final. Y no solo eso, sino que suyo es el nuevo récord de los Juegos, 7:38.19. Normal que, en uno de los palcos de La Défense, se echaran las manos a la cabeza la colonia de irlandeses. Se puso en cabeza a mitad de carrera, le superó el italiano a los 600 pero se desfondó en el último largo y Finke, regular como nadie, fue el único que le acabó discutiendo la victoria. Ni eso, en realidad. Primera medalla de oro olímpica para la natación irlandesa. Normal que Wiffen se emocionara en el podio.

Daniel Wiffen celebra su victoria, histórica para Irlanda.JONATHAN NACKSTRANDAFP

Gran Bretaña repite oro en el 4x200 libres masculino

La última final del martes no la ganaron ni Australia, ni Estados Unidos. Tampoco Irlanda. Se impuso Gran Bretaña (6:59.43), que revalida su oro olímpico en el relevo 4x200 libres masculino con James Guy, Tom Dean, Matthew Richards y Duncan Scott acabando primeros todas sus postas.

A 1.35 quedaron los Estados Unidos de Luke Hobson, Carson Foster, Drew Kibler y Kieran Smith, repitiendo asimismo plata, y en el bronce que en Tokio ocupó Francia se colocó esta vez Australia, de la mano de Maximillian Giuiani, Flynn Southam, Elijah Winnington y Thomas Neill.

Milak, por delante de Marchand

De nuevo hizo acto de presencia Léon Marchand con un ritual de cánticos, gritos y euforia que empieza a convertirse en rutina en estos Juegos, lo cual no le resta ni un ápice de belleza. Tanto como el nado del francés en los 200 mariposa, rodeado de los mejores especialistas del estilo.

Dominó de principio a fin su semifinal Marchand (1:53.50), más de medio segundo sobre Ilya Kharun, segundo. En el lado opuesto estuvo Arbidel González, único español de la velada, que empezó y acabó octavo (1:56.26), muy lejos de cualquier opción de ser finalista, con su decimosexto puesto en el cómputo global de una distancia que, igual que en las series, dominó Kristof Milak (1:52.72).

Arbidel González, durante las semifinales.Lavandeira Jr.EFE

“Estaba más relajado pero nadando me he encontrado como muy parado”

Arbidel González

Comentaba el español a AS tras su primera participación olímpica que “pensaba que podía dar un poquito más. Me quedo con una sensación extraña, como de resquemor”. “Estaba más relajado que por la mañana, y eso me suele venir bien. Pero nadando me he encontrado como muy parado, raro”, analizaba, con una reflexión final: “El año pasado di un salto, esta vez no me he acercado a mi marca de Fukuoka, pero seguimos en el camino”.

En su segunda aparición estelar de la noche, la cuarta del día, sí se impuso Marchand (2:08.11). Fue en las semifinales del 200 braza, por delante del vigente campeón Zac Stubblety-Cook y de Dong Zhiaho, el único chino que se metió en la final porque Qin Haiyang, acaso la gran decepción en la piscina de estos Juegos, desfalleció en los últimos metros para acabar decimo (2:09.96). Tampoco estará Arno Kamminga, subcampeón en Tokio 2020, porque se lesionó en las series matinales. La final, este miércoles a las 22:31.

Siobhan Haughey.OLI SCARFFAFP

Sjostrom, de primera a sexta

Por su parte, la hongkonesa Siobhan Haughey, vigente subcampeona olímpica, fue esta vez la más rápida en las semifinales de 100 libres, tomando el relevo de una Sarah Sjostrom que por la mañana había tomado la directa. Solo pudo ser sexta la sueca horas después, con unos tiempos muy igualados, por detrás de Shayna Jack, Mollie O’Callaghan, Yang Junxuan y Marrit Steenbergen. Por los pelos se metió en la final de este miércoles (20:30) Gretchen Walsh, octava.

Zhanle estaba de parranda

Disipó de una tacada Pan Zhanle, digamos que exactamente en 47.21 segundos, las dudas que sobre él se estaban cerniendo después de haberse metido antepenúltimo en las semifinales de los 100 libres y, sobre todo, de no haber ni alcanzado las de los 200. El chino fue de lejos el mejor de la clasificación para la final, muy por delante de un grupo formado por Kyle Chalmers, Nandor Nemeth, Maxime Grousset y David Popovici, aglutinados los cuatro en solo ocho centésimas.

Pan Zhanle, en acción durante las semifinales.OLI SCARFFAFP

Promete espectáculo del bueno, del mejor, el desenlace que tendrá lugar en La Défense Arena este miércoles a las 22:39, el horario más tardío de todas las jornadas que se llevan disputadas, seguramente para ajustarlo a los husos estadounidenses. Puro ‘showtime’.

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