PARÍS 2024 | NATACIÓN

Marchand suma y sigue, España sufre un “desastre” de cierre

La exhibición de Francia en el 4x100 estilos masculino contrastó con la descalificación de Hugo, Coll, Mollá y De Celis: “La vida no se acaba aquí. “Me he desesperado”, admite Garach sobre su 1.500 libres.

París
Lavandeira Jr.EFE

Era la última bala individual de la natación española en los Juegos de París 2024. No aspiraba a medalla, la final era una misión harto complicada, pero a sus 20 años recién cumplidos sí perseguía acercarse e incluso superar una marca que le supuso batir el récord de España de los 1.500 metros libres (14:57.23). A Carlos Garach, el hombre que lo hace todo en su primera cita olímpica -fue decimoctavo en los 800 libres, decimotercero en el 4x200 libres masculino y el próximo viernes nadará la maratón acuática en el Sena- no le salió la carrera que había preparado. La que imaginaba. Y, como extraordinario deportista que es (cualquiera que se clasifica para unos Juegos demuestra serlo), impuso la autocrítica a su paso por la zona mixta de La Défense Arena.

“La carrera ha sido un poco desastre. En el primer 200 ya me encontraba regular. Es verdad que llevo un par de días con malas sensaciones, fruto de la altitud -se entrenó las semanas previas a los Juegos en Sierra Nevada- porque al bajar hay unos días que son malos. Pero no me lo esperaba”, admitió, sobre su tiempo de 15:20.84, quinto en su serie y vigésimosegundo de todos los participantes. “Llevo unos meses que tanto en entrenamientos como a nivel mental y físico estaba muy bien, y la verdad es que es un chasco. El 800 había salido bien, el relevo también pese a haber cometido a algún fallo, pero esto es un palo duro”, asumió.

Sobre las posibles causas de su discreto rendimiento, además de la descompresión tras abandonar la altitud, comentó Garach que “también ha podido ser el descanso. Lo estoy pasando fatal porque soy una persona muy especial para las camas, el colchón y demás, y llevo unos días durmiendo mal. También con malestar”. Y lo pagó. “Ha habido un momento en que he desconectado. No me encontraba como quería y he empezado a agobiarme. Eso ha sido un fallo. A nivel mental me he desesperado porque no me encontraba bien”, explicó. “Ahora toca descansar, ver lo que ha pasado y entrenar para el diez kilómetros que tenemos en unos días”, zanjó.

Carlos Garach, este sábado, en La Défense Arena.Lavandeira Jr.EFE

Y, aunque parecía que lo peor ya había pasado, le quedaba a España cerrar su participación en la natación en línea de París 2024 con un nuevo varapalo. Creían culminar Hugo González, Carles Coll, Mario Mollá y Sergio de Celis en un notable tiempo (3:32.66) las clasificatorias del 4x100 estilos, por delante de una selección con campeones como es Italia y a solo medio segundo del propio récord nacional de la época del poliuretano (3:32.11).

Sin embargo, se desvelaba a través de la potente megafonía de La Défense Arena la decisión de los jueces de descalificarlos. El motivo, la entrada antes de tiempo de De Celis en su posta de crol. “Creo que me he escapado yo, que lo he ajustado demasiado. Si es así, es culpa mía y me duele por mis compañeros, no por mí”, lamentaba el velocista mallorquín, si bien añadía: “La vida no se acaba aquí. Quedan Mundiales, Europeos, Juegos en 2028. Seguiré entrenándome duro para dar allí mi mejor versión”.

También hacia adelante prefiere mirar Hugo, quien sobre la eliminación respondía: “La prueba ha acabado. No nos podemos quedar mirando qué ha salido mal, sino en qué podemos mejorar”. “Esta vez hemos conseguido clasificar a tres relevos, el año que viene tendremos que conseguir meternos en la final”, remachaba.

Léon Marchand se abraza con Clement Secchi ante Yohann Ndoye-Brouard.Clodagh KilcoyneREUTERS

El desencanto contrastaba además con la exhibición de Francia, con la enésima aparición de Léon Marchand como rey acuático de estos Juegos, compitiéndole a un mucho más descansado Qin Haiyang. Y con la irrupción del joven francoespañol Rafael Fente-Dammers, quien puso la guinda al mejor tiempo de Francia (3:31.06) para entrar en la final de este domingo a las 19:10, por delante de China y Estados Unidos. En las series femeninas de este relevo, Australia (3:54.81) se impuso sobre China y Francia.

Implacable Sjostrom

Antes del 1.500 libres, territorio de Daniel Wiffen (14:40.34) y de esos accidentados 4x100 estilos, el nombre propio de la mañana había sido Sarah Sjostrom. Se empeña la sueca en reparar una deuda casi histórica de haber llegado a París 2024 con tan solo un oro olímpico en su palmarés, los 100 mariposa de Rio 2016. En parte lo solventó días atrás con su inesperada victoria en los 100 libres, a los que estuvo a punto de no presentarse. Pero sobre todo quiere refrendarlo con los 50 metros libres, una prueba de la que es cuádruple campeona mundial, de la que fue plata en Tokio 2020 tras una Emma McKeon que ahora no participa, y en la que ya en las series mostró un absoluto dominio.

Con un tiempo de 23.85, sacó Sjostrom un abismo a sus rivales en una distancia donde las ventajas suelen ser mínimas, imperceptibles al ojo humano. Por 42 centésimas superó a la polaca polaca Katarzyna Wasick, y aún más superior fue ante Gretchen Walsh, Shayna Jack y Zhang Yufei. Fuera incluso de las semifinales de este sábado a las 20:39 se quedó Simone Manuel, decimoctava. Promete ser esta final, programada para el domingo, un dignísimo broche de oro a la natación en París 2024.

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