PARÍS 2024 | ATLETISMO

La trastienda de las medallas: ‘Carros de fuego’ y la Milagrosa de París

José Antonio Carrillo y Jacinto Garzón, entrenadores de Álvaro Martín y María Pérez respectivamente, son dos personas clave en los éxitos de la marcha española.

París
RFEA

“Sueño con este momento desde que vi ‘Carros de fuego’ en el año 1981, hace 43 años. Por eso tocará destrozar el sombrero y recoserlo porque el próximo miércoles quizá llegue otra”, dice un emocionado José Antonio Carrillo. El entrenador de Álvaro Martín ya puede emular al personaje de Sam Mussabini, que en la mítica película rompió su sombrero cuando su atleta fue oro olímpico en París 1924. El murciano de Cieza es un gurú de la marcha en España y en París ha sumado sus quintos Juegos con atletas. De forma oficial, porque en realidad lleva ya siete ediciones.

Mucho más joven es Jacinto Garzón, con el que María Pérez empezó en la especialidad hace 17 años, cuando la granadina tenía 11. Ahí siguen mano a mano. “Una vida para esto. Una medalla olímpica perdura para la historia y María lo ha conseguido en el año más difícil de su carrera”, dice a AS. El de Guadix nació un año después de que Carrillo soñara con la medalla de Martín. Garzón tuvo el pálpito de la de María hace menos de tres semanas. “Entrenando un día en Font Romeu se me rompió la cadena que llevaba en el cuello y se perdió, con todas las cosas que llevaba colgadas en ella. Andando luego me encontré la medalla de mi padre que me regaló María con los aros olímpicos y la Milagrosa de París que regaló una señora en mi pueblo para traernos suerte para los Juegos. Me pareció una señal”, explica a los medios, entre ellos AS. Además, reconoce que sigue con sus amuletos: “Sí, llevo estampitas, pero esta vez en un tarjetero en el macuto. Me fue bien en Budapest y he seguido con los rituales”.

Muy emocionados ambos (”me he hinchado a llorar para soltar todo”, afirma Carrillo), comparten opinión sobre los logros de sus pupilos: “Una medalla olímpica es lo más que existe”. También avisan de que quizá falten más metales en esta edición. “En el relevo vamos a por todas. La puerta está abierta y hay que entrar con todo. El 7 nos esperan cosas buenas”, afirma Carrillo, que reconoce que va siendo hora de pensar en otros asuntos: “Cuando acaben los Juegos consultaré con mi almohada. Voy a cumplir 68 años y llevo 3 meses sin ver a mi mujer. Moriré siendo entrenador, pero quizá habrá que cambiar el chip. Yo ahora estoy 24/7 con mis atletas y tengo que recapacitar”.

Garzón lanza un guiño al maestro y al bronce olímpico: “Álvaro y Carrillo siempre abren el camino. Cuando ha ganado el bronce he pensado: ‘Ya me siento más seguro’. Nos hace ver que nosotros podemos. Cuando Álvaro consigue algo, María lo replica”. Toda la vida dedicado a esto, el técnico que también llevó a Miguel Ángel López a ser campeón del mundo. Humilde, desvela una anécdota que lleva grabada a fuego en el corazón: “De lo más bonito que he vivido es cuando un juez en los Europeos de Múnich me dijo: “Cuando viene uno de los atletas que usted entrena bajo los brazos y admiro la marcha atlética que lleva”.

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