PARÍS 2024 | GIMNASIA DEPORTIVA

La gimnasta 10 es humana: caída y plata para Biles en París

El prodigio estadounidense cierra su participación con tres medallas de oro, una plata en suelo, y un error nunca visto en ella al perder el pie en la barra de equilibrios.

París
LIONEL BONAVENTUREAFP

Nadia Comaneci logró el primer 10 de la historia de la gimnasia en Montreal 1976. Precisamente en barras asimétricas, el peor aparato para Biles. El prodigio estadounidense no tiene esa puntuación en su palmarés. A cambio, cuenta con 11 (7 oros) medallas olímpicas y 30 mundiales (23). 41 en total. En París se ha colgado tres oros, pero en las dos últimas finales por aparato también ha mostrado que es humana, lo que ella siempre quiso. En el último día de la gimnasia artística, Biles tenía dos finales en la agenda: barra de equilibrio y suelo.

En el complicadísimo ejercicio sobre los diez centímetros de ancho, la GOAT perdió un pie. Nunca se había caído de este aparato en la final de un gran campeonato. Seria, esperaba la nota. Quinta (13.100) en el oro de la italiana Alice d’Amato. Después de superar a Comaneci en número de medallas ya no podría igualar a la rusa Latynina en oros (9); era imposible. El estupor en el Bercy Arena duró una hora.

Biles, con sus cuatro medallas de París 2024.Hannah McKayREUTERS

Biles regresa para sumar su undécimo metal olímpico... aunque no fue oro en suelo, como era previsible. Su ejercicio fue resplandeciente, pero en dos de las cuatro diagonales pisó fuera del tapiz y bajó considerablemente su habitual nota. Además, recibió 0.600 de penalización por esos pies alejados del cuadro reglamentario. El alter ego de Simone cuando la estadounidense no hace ciencia ficción, la brasileña Rebeca Andrade, aprovechó la situación. Oro para una grandiosa gimnasta 0.33 respecto a Biles (14.166 por 14.133) que se acercó a felicitarla. Respeto mutuo entre dos fantásticas deportistas. Ambas con cuatro medallas en París 2024, la sudamericana con un oro, dos platas y un bronce. Justicia para una portentosa artista que tiene tres cirugías del ligamento cruzado anterior de la rodilla.

Simone BilesAthit PerawongmethaREUTERS

“Han sido altibajos emocionales. No podría estar más orgullosa de mi rendimiento. Ha sido una semana larga, en la que he competido varias veces, así que no me enfado por mi rendimiento. Ha sido mucho trabajo y ha dado sus frutos. Estoy emocionada por haber podido competir con las mejores del mundo”, decía Biles. Pese a que el final no ha sido el esperado para ella, su sonrisa ya no es impostada. Es radiante, natural, bella. Sale centelleante desde el alma de su musculado cuerpo de 142 centímetros y 47 kilos. Como una perfecta analogía de la empatía que mejoraría el mundo. La mejor gimnasta de la historia es un mito social que ha peleado contra el abuso a las mujeres o la exposición de la necesidad de incidir en la salud mental.

Es Simone Biles. Cuya altura en el salto de potro alcanza los 3,65 metros; que realiza acrobacias y piruetas en el aire nunca vistas. “Acelera hasta 25 km/h durante la carrera, impulsa sobre el potro apoyando las manos apenas 16 centésimas de segundo, gira a 150 revoluciones por minuto (la mitad que las aspas de un helicóptero) y se eleva, en el punto máximo y boca abajo, a más de tres metros sobre el suelo. Podría hacer un mate en una canasta reglamentaria si llevase un balón en los pies”, publica John Eric Goff, doctor en Física por la Universidad de Lynchburg (Virginia), en el ‘Houston Chronicle’.

Biles y Andrade.GABRIEL BOUYSAFP

Nacida en Ohio y criada en Texas por su abuela, ya que su madre, originaria de Belice (razón por la que Simone tiene también la nacionalidad del país al norte de Guatemala), era alcohólica e incapaz de hacerse cargo de ella. Después soportó en silencio durante años, junto a centenares de niñas, los abusos sexuales de Larry Nassar, médico-monstruo de EE UU, condenado a cadena perpetua. Y puso en blanco sobre negro la realidad de los problemas de salud mental cuando los ‘twisties’ (bloqueo mental en el que se pierde la orientación en el aire) le arrebataron la gloria en Tokio 2020 donde su cabeza cortocircuitó.

Con 27 años, es la séptima gimnasta, hombre o mujer, que ha ganado dos veces el concurso completo olímpico tras Alberto Braglia (1908 y 1912); Viktor Chukarin (1952 y 1956); Larisa Latynina (1956 y 1960); Vera Caslvaska (1964 y 1968); Kato Sawao (1968 y 1972; y Uchimura Kohei (2012 y 2016). La primera en hacerlo en ediciones no consecutivas. Río 2016 y París 2024. Ocho años de diferencia para volver a reinar en el planeta. Talento deportivo sublime que en París ha dejado definitivamente el peso del mundo sobre otros hombros. Con fallos incluidos. Y con 41 medallas (11 en Juegos: 8 oros, 1 plata y 2 bronces) y 30 en mundiales (23 oros, 4 platas y 3 bronces).

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