PARÍS 2024 | VÓLEY PLAYA

Herrera y Gavira conquistan la Torre Eiffel con París en contra

La dupla española, que ya depende de sí misma, se impone a los locales Krou y Gauthier-Rat ante la Dama de Hierro. Estados Unidos, próximo rival.

París
KIRILL KUDRYAVTSEVAFP

En un rincón de las gradas, que braman y cantan La Marsellesa, que sufren en el día más caluroso de los Juegos hasta el momento, se ubica Peter Spens, que dibuja durante 14 horas al día una de las sedes más icónicas de la historia, que pinta a Pablo Herrera y Adrián Gavira, 42 años y seis Juegos el primero, 36 y cuatro el segundo, ganando a una ciudad entera a los pies de la Torre Eiffel. Este lunes, la pareja española se impuso por 23-21, 21-23 y 15-8 a los locales Arnaud Gauthier-Rat y Youssef Krou, que terminaron hundidos pese al empuje de los suyos, para quedarse con una postal única de su último baile olímpico. Contra París y contra el tiempo. Contra todo para dar un paso importantísimo en su Grupo F. El viernes, contra Estados Unidos (15:00), terminarán de decidir su destino.

Pinta bien. Después de la derrota en su debut, contra los neerlandeses Stefan Boermans y Yorick de Groot, Herrera y Gavira necesitaban un poco de oxígeno para pensar en el cuadro final. En un formato de seis grupos y cuatro equipos, avanzan los dos primeros de cada uno y los dos mejores terceros (los otros cuatro juegan una repesca para conformar los cruces de octavos). Ahora, los españoles dependen de sí mismos. Se lo ganaron en una batalla larga, de casi una hora y cuarto, y en la que pasó de todo. Los dos primeros parciales, tremendamente igualados, se decantaron uno hacia cada lado. El tie-break, puro coraje, se marchó a España, más entera físicamente y sin miedo a nada. Del “allez les bleus” que atronó durante todo el partido al “¡vamos!” final de Pablo y Adrián.

El público francés, contra Pablo Herrera y Adrián Gavira en las gradas. Aleksandra SzmigielREUTERS

Tal fue la pelea que, con 11-6 en el desempate, Krou tuvo que pedir tiempo médico. Su objetivo podía ser enfriar el momento de Herrera y Gavira, desatados, pero su cara, y los hielos que le ponían por el cuello, indicaban que, realmente, no podía más. Antes, Herrera le había castigado severamente, con dos bloqueos que habían supuesto el 7-5 y el 8-5. Tras ello, las gradas empezaban a entonar el himno nacional. Finalmente, para nada. “Tenemos ganas de hacer algo grande y sumar medallas al comité olímpico. Venimos con opciones de liarla”, afirmaba la pareja a AS antes de empezar su camino en tierras francesas, antes de que Herrera realice los últimos partidos de su carrera deportiva y la pareja se separe en las pistas. Pase lo que pase, la tarde que pintó Peter Spens ya será para siempre.

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