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Finalizado

PARÍS 2024 | WATERPOLO (M)

España avanza en el purgatorio

La Selección, castigada a jugar por el quinto puesto, derrotó a Italia en un partido sin alma entre dos equipazo y tendrá que estar en París hasta el último día, el domingo, ante Grecia o Australia.

París
ANDREAS SOLAROAFP

El día en que estar disputando unos Juegos dejó de ser divertido. Así se podría titular perfectamente un ensayo (o una tesis) sobre el formato de la competición de waterpolo, que pretende ser justa y acaba siendo cruel, sádica, para quienes la sufren. Porque España, apeada de la lucha por las medallas a pesar de haber perdido un solo partido en todo el torneo -el día que no se podía caer, en los cuartos, ante Croacia-, se tenía que medir este viernes al mediodía con Italia, otra damnificada, en una suerte de semifinal para dirimir los puestos del quinto al octavo. Como si a alguien, empezando por los propios equipos, les interesara.

Ni una sonrisa en la salida de los jugadores, tampoco tras los goles, sin llevar el tanteo habría sido imposible adivinar quién ganaba o perdía. Y, por si la emoción era nula, España se situó con un 0-4 favorable en cinco minutos y medio. Partido medio resuelto, ante una ‘Settebello’ cuyo apático juego de entrada era de todo menos ‘bello’. Martin Famera, Marc Larumbe y sobre todo Álvaro Granados, que teóricamente iba a ser compañero el curso próximo de media selección italiana en un Pro Recco en horas bajas, situaron ese marcador, que amplió de nuevo Larumbe ya en el segundo cuarto.

Hasta que no quedaban 3:53 para el descanso no se estrenó el combinado de Alessandro Campagna, gol de Matteo Iocchi Gratta, que parecía estar más en el avión de vuelta que en la piscina de La Défense Arena. Y sin embargo, tras un trallazo de Granados, Italia inició un parcial de 4-0 que la metió en el partido, entre Tomasso Gianazza, Andrea Fondelli, Francesco di Fulvio y Gonzalo Echenique. Y eso que aparecía Unai Aguirre para hacer un paradón, eso sí, sin gritos ni aspavientos, señal inequívoca de lo descorazonador que era estar jugando este partido.

Nicholas Presciutti se largó a un cuarto para concluir el partido.Ueslei MarcelinoREUTERS

Entre Alberto Munárriz y Miguel de Toro fueron capaces de reactivar a los de David Martín. Pero Nicholas Presciutti se encargaba de mantener viva a su selección, en un 6-8 que además comportaba la expulsión de Granados por acción violenta. Y ahí estaba Felipe Perrone, dos días después de romperse de dolor en la zona mixta de ese mismo recinto, para anotar el enésimo tanto de una carrera longeva, de una “bonita historia” de amigos que acaso no tendrá un final feliz, pero que tampoco debería ser infeliz.

Cambió Italia de portero, entró Gianmarco Nicosia, mientras su compañero Presciutti se retiraba por cuenta propia no al banquillo sino directamente al vestuario. Y Bernat Sanahuja cometía un penalti que transformaba Iocchi Gratta, seguido del 8-9 de Echenique en superioridad. Pero ahí estaba de nuevo él, el más grande, Perrone, para con un doblete poner la sentencia, a la que no se resignaba el adversario, Lorenzo Bruni, con un disparo desde muy lejos. Para eso estaba Aguirre, pera con otra intervención cerrar el partido. Y para que España pase al purgatorio del partido por el quinto puesto. El domingo a las 9:00 contra Grecia o Australia. El cuento de nunca acabar.

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