El nadador olímpico de un país sin piscinas
Sangay Tenzin, de 20 años, participará en sus segundos Juegos como nadador representando a un país sin piscinas.
Bután es un pequeño país de la Cordillera del Himalaya que no llega a los 800.000 habitantes. Un país sin salida al mar y con fabulosos pasajes montañosos que desde el pasado 25 de mayo cuenta con su primera piscina, situada 2.400 metros por encima del nivel del mar. Fue construida por World Aquatics, el organismo internacional que rige la natación mundial, gracias al programa ‘Pools for all’ (piscinas para todos).
Tenzin comenzó a nadar en su localidad natal en 2009 gracias a los numerosos ríos con los que cuenta Bután, siguió persiguiendo sus sueños hasta fichar por la Academia Ugyen en Punakha, aunque no fue hasta 2019, cuando fue seleccionado por Comité Olímpico de Bután. Fue entonces cuando la Federación Internacional de Natación financió a él y a otros nadadores de más de 12 países un viaje a Tailandia para entrenar en el centro de natación de Phuket. Actualmente, el ex nadador ruso, Alexander Tikhonov, instruye a la pareja formada por Sangay Tenzin y su amigo Kinley Lhendup.
Tras su primera experiencia en Tokyo 2020, el Comité Olímpico Internacional premio al asiático con una plaza universal para los Juegos Olímpicos, es decir, una disposición especial que permite a los atletas de países con representación olímpica limitada participar en los juegos, incluso si no han cumplido los criterios de clasificación.
El butanés ha vuelto a París a repetir suerte en la misma disciplina, 100 metros libres masculino, y aunque su paso por la piscina de La Dèfense Arena fue efímero, quedando a nueve segundos de la mejor marca, superó a dos nadadores de orígenes tan humildes como los suyos.