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Carolina Marín
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Rachael Darragh
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PARÍS 2024 | BÁDMINTON

Carolina arrasa hasta octavos

La española arrolla a Rachael Darragh y accede al cuadro final de los Juegos, en el que empezará este jueves (18:30) contra Beiwen Zhang (11ª).

París
ARUN SANKARAFP

Como un huracán, este miércoles, Carolina Marín accedió a los octavos de final de los Juegos de París. La española, con su segundo oro olímpico en la cabeza desde que se destrozara la rodilla izquierda y se perdiera Tokio 2020, arrolló a la irlandesa Rachael Darrag, 67ª del mundo, por 21-5 y 21-5, en un Arena Porte de La Chapelle que se quedó con ganas de más. Lo tendrán. En su primer cruce del cuadro final, este jueves (18:30), Caro se medirá con la estadounidense Beiwen Zhang, 11ª en el ranking, con la que la onubense se ha enfrentado en once ocasiones, con ocho victorias para la campeona olímpica. La norteamericana será el primer test serio para una Marín que, de momento, se ha dedicado a sembrar miedo y recoger información.

El partido no tuvo ninguna historia. Por ello, mientras aplastaba a Darrag, Carolina estudió el entorno. En su misión, no quiere que se le escape nada. “Quería ver cómo está el pabellón. Hay aire, así que hay que controlarlo desde ambos lados de la pista y, sobre todo, desde el lateral. Hay que tener mucha concentración en el control del volante”, decía la española después de, también de forma imponente, superar a la suiza Jenjira Stadelmann en su debut. Este miércoles, al término de la primera manga, Marín prosiguió con su tesis sobre el lugar, intercambiando impresiones con su entrenador, Fernando Rivas. “Creo que se siente más desde este lado”, parecía decirle sobre unas corrientes de aire que, a partir de ahora, sí que será necesario dominar.

Contra Darrag, ni las condiciones ni nadie podían evitar la victoria de Carolina, que era sumamente superior en todas las facetas. No existió ningún tipo de tensión. A ello, también contribuyó, más allá del nivel de la española, la falta de esperanzas de la irlandesa, que bajó los brazos a las primeras de cambio, que se asustó simplemente con el palmarés que tenía delante. Ni se atrevió a intimidar a la onubense, tres veces campeona del mundo y con ocho títulos europeos, que llegó a enlazar una racha de 18 puntos seguidos. Darrag, para remarcar el contraste, sólo sumó 10 en total a lo largo de los 27 minutos que duró el trámite. A partir de ahora, la historia será distinta. Llega el momento de la verdad, ese que, desde dos meses antes de Tokio, cuando su rodilla hizo crack, Carolina lleva esperando con ansias.

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