PARÍS 2024 | AGUAS ABIERTAS

Barriles, buceo y el invento del crol: los otros Juegos del Sena

Controvertida sede ahora de las aguas abiertas, el célebre río parisino ya albergó la natación en 1900, aunque con algunas pruebas disparatadas y el legado inmenso de un nuevo estilo.

París

Sin tanta controversia como la actual, pues eran otros tiempos, los Juegos Olímpicos ya pasaron por las aguas del Sena. Concretamente, en la segunda edición moderna de la cita promovida por un ilustrísimo parisino, el barón Pierre de Coubertin, quien en el año 1900 pudo disfrutar en casa de un evento que distaba aún de ser el más grande del deporte universal. Pero no se disputaron en el río las aguas abiertas, como sucedía este jueves con las mujeres y el viernes está previsto que con la prueba masculina, entre otros motivos porque no entraron en el programa olímpico hasta Pekín 2008.

Lo que albergó el río Sena fueron pruebas de la natación a secas, que igualmente poco tenían que ver en su mayoría con las que actualmente se desarrollan en la piscina. Salvo un hallazgo que causaría fortuna y sí llegaría hasta nuestros días. Entre los puentes de Courbevoie y de Asnières (éste, pintado por Van Gogh), muy cerca de La Dèfense Arena donde se ha desarrollado precisamente la natación en línea, se celebraron entre el 11 y el 19 de agosto pruebas como los 200, 1.000 y 4.000 metros estilo libre o los 200 por equipos.

Esas eran las más, digamos, normales. Pero también se creó una nueva disciplina llamada 200 obstáculos, que se nadó por primera y única vez en la historia olímpica, y que consistía en nadar, trepar por un poste, por una fila de barriles y posteriormente bajo otra. Y estaban los 60 metros buceo, igualmente de forma inédita, en que se sumaban puntos según el tiempo transcurrido bajo el agua y la distancia recorrida. Tal era el nivel de experimentalismo que quien más metros recorrió, el danés Peder Lykkeberg, sólo quedó tercero porque se limitó a nadar en círculos.

Con la presencia de 76 nadadores –todo hombres– de 12 países, entre los que no se encontraba España, dominó Gran Bretaña y concretamente John Jarvis, quien a sus dos oros en natación añadió el de waterpolo. Que también se disputó en ese tramo del Sena. Las porterías no estaban delimitadas por postes, sino por barcas, y para marcar goles había que llegar a ellas con el balón controlado entre las manos, sin chutarlo. Incluso la vela se celebró en el río parisino, siendo un rotundo fracaso porque no hizo viento. Más gracia tuvo una competición de pesca, en que ganaba quien sacaba el pez más gordo.

Pero la natación en el Sena en los Juegos de 1900 sí contribuyó a dejar un legado inmenso a la natación. El que aportaron una serie de nadadores australianos que, de pronto, aparecieron con un estilo nunca antes visto, pero rápidamente imitado: el crol. Una manera de aliviar los más de 35 grados de temperatura que se registraron los dos primeros días de competición, o que los tiempos estuvieran muy alterados, ya que la mayoría de pruebas se hacían a favor de la corriente. Al menos, pudieron nadar, algo que quedó prohibido en 1923. Hasta hoy. No sin problemas.

El nadador Frederick Lane sale del Sena en los Juegos de París 1900.Photo 12Universal Images Group via Getty

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