Abdel, el peluquero olímpico de la Selección
Los jugadores de España pasaron este domingo por las tijeras de Abdel, que se siente “uno más del grupo”. El peluquero atendió a AS en Marsella.
Minutos antes de morir en el Titanic, Benjamin Guggengheim se presentó de esmoquin en el gran comedor y renunció a ponerse el chaleco salvavidas. “Si hay que morir, lo haremos como caballeros”, decía apócrifamente en la eterna película de James Cameron. Una frase que bien podían acuñar los jugadores de la Selección olímpica, que en el día previo a las semifinales contra Marruecos pasaron por las manos del peluquero Abdel Kharbpuch para ponerse guapos de cara a lo que está por venir, ya sea éxito o derrota.
Abdel es el peluquero de este grupo desde hace más de un año. Fue Mario Gila, central de la Lazio, quien le dio a conocer al resto de sus compañeros en su primera convocatoria con la Sub-21. A los miembros de la Selección les gustó tanto su forma de trabajar con las tijeras y la maquinilla que el año pasado lo llamaron para que fuera al hotel de concentración de La Rojita en Bucarest, donde España disputaba el Europeo Sub-21, para que les cortara el pelo de cara a la fase eliminatoria. “Conocí a Gila a través de otro canterano del Real Madrid, Fran Rivera. Poco a poco empezaron a venir los del Castilla a mi peluquería, entre Marqués de Vadillo y Plaza Elíptica. Cuando Gila fue a la Sub-21, pelé también a Blanco y a Rodri, les gustó lo que les hice y a partir de ahí empezaron a llamarme cada vez que iban a la concentración”, asegura Abdel a AS en la entrada del hotel de la Selección en Marsella.
De origen marroquí, Abdel asegura tener el corazón dividido para el partido de hoy, pero le gustaría que ganase España porque los jugadores le tratan como si fuera uno más del grupo. “Soy uno más. Los que vienen a jugar a Madrid, suelen pasar por la peluquería para que les pele o me acerco yo al hotel. Me tratan como si fuera uno de ellos”, confiesa minutos antes de ponerse a trabajar en una tarde en la que entre jugadores y miembros del staff pasaron por sus tijeras 22 personas.
“Hay algunos como Baena que tienen el pelo fuerte y se tarda más en hacerle el degradado y otros como Turrientes, que tienen un pelo más fino y tardo menos”, bromea Abdel, que para esta sesión en Marsella fue contactado por los capitanes Sergio Gómez y Abel Ruiz. “Es muy importante que para un encuentro así ellos se vean bien y estén a gusto”, asegura el peluquero, que estará con el grupo en París si España consigue clasificarse para la final.