Decenas de ultras aterrorizan a Riera en su presentación y se tiene que marchar

Lo que tenía que ser un día de felicidad para Albert Riera se ha convertido en una pesadilla indecente. El español había sido nombrado hoy nuevo entrenador del Olimpija de Ljubljana, sucediendo en el cargo a Robert Prosinecki, que dejó el puesto después de un abierto enfrentamiento con el presidente y la dirección del club. El croata se quejaba de la gestión y dio por concluida una relación tormentosa con los dirigentes. Albert Riera llegaba para ocupar su puesto y le ha tocado pagar los platos rotos en un muy desagradable incidente que se ha producido durante su presentación.

Los ultras han aparecido en la sala de prensa y han comenzado a increpar a un Riera incrédulo. El español aguantó el tipo como pudo hasta que abandonó el lugar. Antes, un encapuchado se había encarado con él haciéndole gestos para que se fuera. Riera se encuentra bien y explica que se levantó porque no había preguntas de fútbol, solamente contra el presidente por su gestión.

La situación en el club es muy grave. La propiedad cambió a mitad de temporada y el millonario alemán Adam Delius se hizo cargo de ella, con el croata Igor Barisic como director del club. De su mano llegó Robert Prosinecki al banquillo para llevar al equipo a lo más alto, pero el final de temporada fue decepcionante. Sin embargo, había grandes planes para esta campaña. Prosinecki había diseñado una estrategia, pero entendió que el club no respondía en el mercado y tensó la cuerda hasta su abrupta salida hace unos días. Los refuerzos no le gustaron y se marchó el pasado sábado acusando de mentirosos a los gestores del club. A eso contestó Barisic acusándole de desidia y una vida disoluta hasta el exceso. Los aficionados más radicales eligieron su bando y se pusieron del lado de Prosinecki. Tanto que hoy se presentaron en la sala de prensa donde estaba anunciada la rueda de prensa de Albert Riera. El técnico tuvo su soportar una catarata de insultos. “¡Lárgate de aquí, no eres bienvenido!”, se escucha en las imágenes entre otros improperios. Un episodio injustificable de violencia en el fútbol.