Un serio aspirante al ascenso consigue asaltar El Molinón

Ganar en El Molinón a este Sporting de Albés no es fácil, pero el Granada lo consiguió gracias a un partido solvente en defensa y muy eficaz en ataque. El equipo de Fran Escribá acabó con la racha sportinguista en su estadio, donde los locales habían logrado cinco victorias consecutivas, y presentó sus credenciales como el serio aspirante al ascenso que es esta temporada. Un gol del joven Siren Diao desequilibró un partido muy igualado que pudo, no obstante, acabar en empate.

El Sporting vendió cara su segunda derrota de la temporada en casa. Su empuje final pudo dejar en tablas este duelo, pero un gol de Lander Olaetxea en el tiempo añadido fue anulado. El VAR detectó la posición de fuera del centrocampista vasco, que había batido a Mariño con un doble remate después de recoger el rechace que se había estrellado en el larguero.

Este Sporting-Granada tuvo una igualdad extrema. La primera parte pasó sin ocasiones dignas de mención y que pudieran contabilizarse como grandes oportunidades para hacer gol. El control del rival fue máximo y los porteros solo se vieron inquietados con un disparo lejano por cada bando. Gelabert lo intentó en los locales y Rainier en los visitantes.

Con tanta igualdad, la incertidumbre que se cernía sobre la segunda parte estaba centrada en ver qué equipo iba a aprovechar un mayor despliegue físico. El paso de los minutos permitió abrir más caminos hacia la portería rival y llevó al Granada a adelantarse dos veces en el marcador, así como a disfrutar de las ocasiones más claras.

Weismann aprovechó un descuido de Pablo García en la marca. El lateral gijonés cedió unos metros al israelí que acertó a soltar una volea ajustada al palo izquierdo de la meta local. Jarro de agua fría para la parroquia local, consciente de las dificultades que se estaba encontrando el Sporting para encarrilar este encuentro. Sin embargo, apareció Juan Otero para devolver la ilusión a la grada con un remate en plancha certero, aprovechando un centro de Dubasin.

Con la igualada de nuevo en el marcador, el equipo de Escribá disfrutó de un par de momentos para volver a adelantarse. En el primero, Lucas Boyé cruzó demasiado el balón ante la salida de Yáñez después de dejar atrás a Pablo García (61′). Y unos minutos más tarde, de nuevo por el flanco izquierdo de la defensa rojiblanca, Weismann volvió a llegar hasta el portero del Sporting, que tapó con el cuerpo el toque que buscaba la red.

En el otro lado, Diego Mariño no pasó por excesivos momentos de apuro en su vuelta a Gijón, más que con balones que cruzaban el área o con tiros que se marchaban lejos de la portería. Pero siempre había confianza en los aficionados en el arreón final del equipo de Albés que le había proporcionado buenos réditos hasta esta noche.

Nadie contaba, sin embargo, con la aparición de Siren Diao que, en su primera intervención, soltó un zapatazo al que respondió Yáñez, pero con escasa fortuna. Porque metió una mano que, lejos de desviar la trayectoria, introdujo el balón en su portería. Con tan poco tiempo para el final, la derrota ya la asumían los locales hasta que Olaetxea marcó y el VAR dejó el marcador con el triunfo visitante.

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