¡Trata de arrancarlo, Quique!

Lo que tenía que ser un partido plácido para el Villarreal, sin ninguna presión y con un escenario propicio para empezar a demostrar que el equipo ha asumido con naturalidad el cambio de técnico, se tornó en una pesadilla. No es que el Lech Poznan demostrara que era el que más se jugaba en este duelo y se llevara los tres puntos para meterse en la siguiente ronda. Es que desnudó a un Submarino que echa de menos al antiguo patrón y no entiende, al menos de momento, lo que el nuevo conductor le pide.

No es lo más importante que Setién aún no conozca la victoria. Sí lo es que el Villarreal no arranca, es un equipo plano, que lejos de progresar en las jugadas con los tropecientos pases que quiere Quique, se va diluyendo con un tiki taka insustancial. Y además, es de cristal en defensa. El Lech le humilló únicamente con tres contras bien trenzadas y un mínimo de orden defensivo. Lo mejor, que Emery dejó el primer puesto atado antes de pegar la espantada rumbo a la Premier.

Pronto, los polacos pusieron en práctica su guión inicial. Puerta a cero y salidas a la contra. El empate le valía, salvo goleada del Hapoel. Y transiciones. Le entregó el balón al Villarreal, que se plantaba en las inmediaciones del área sin aparente esfuerzo. Sin embargo, una vez ahí le costó filtrar un último pase que dejara a sus delanteros en ventaja.

Mojica, en un par de ocasiones, Coquelin, incluso Yeremy Pino la tuvieron para dar un pase mortal. Pero no acertaron y el Lech fue creciendo en su idea. Y en una de esas transiciones que tanto buscaba, obtuvo recompensa. Un contraataque bien trenzado acabó con Marchwinski ganándole la cartera por arriba a Dela. Mandi pudo sacarla en la misma línea en primera instancia pero Velde encañonó a la segunda.

El descanso no cambió la pauta del partido. Setién no supo diseccionar el duelo en el vestuario puesto que cinco minutos después de salir del mismo, el Submarino volvió a tropezar en la misma piedra. Transición rápida, pase al hueco de Ishak, centro de Velde y gol de Skoras en el segundo palo. De manual.

Y el colmo del despropósito llegó en el 3-0. Segundos después de que Setién pusiera toda la carne en el asador con Kiko, Parejo y Capoue, un simple saque de banda en campo contrario, una peinada y un pase simple de Ishak a Skoras pusieron al Villarreal al borde del ridículo. Moraleja: en Europa siempre te juegas algo.