CONFERENCE LEAGUE | BETIS - COPENHAGUE

Sobrevivir en octubre

El Betis recibe al Copenhague sin apenas margen de error tras iniciar la Conference con una caída en Varsovia. Pellegrini rota, Abde toma el mando.

Miguel Morenatti

Llega el Copenhague a Heliópolis para amenazar la fiabilidad de un Betis que quiere ser aspirante. Los de Pellegrini cedieron en la primera jornada de esta Conference en Varsovia y el margen de error se reduce para dibujar ese soñado camino de vuelta a Polonia. Es el candidato necesitado. El equipo que traza metas de altura en Europa para cambiar una historia que suele dictaminar que no. Y sobrevivir en octubre parece un paso crucial para al menos alargar la esperanza de que un paso más es posible. El Betis solo piensa en ganar para enterrar fantasmas continentales y confirmar que su ambición también resiste sin Lo Celso y sin Isco. La vida sin ellos es menos bella. Pero Pellegrini ya expuso en El Sadar que hay recetas para combatir su añoranza.

Levantar la Conference es un objetivo subrayado con letras de oro en el actual proyecto del Betis. Nadie quiere más paseos volátiles por Europa sino inscribir al fin capítulos de emoción desde el Villamarín. Por ello Pellegrini no quiere revoluciones en escena y su rotación sólo buscará aire fresco en algunas posiciones. Tiene a Abde descansado tras el duelo contra Osasuna y será el marroquí uno de sus líderes sobre el césped del Villamarín. Adrián ejercerá su liderazgo desde la portería y Natan debe dar relevo en la zaga al estar sancionado en Liga. Marc Roca sigue lesionado y eso complicado el puzle de la medular bética. Ahí empiezan los dilemas de Pellegrini: ¿Repetirán Bakambu y Vitor Roque tras sus buenos minutos ante Osasuna? La clave estará en cuánto pensará Pellegrini en la cita contra el Atlético. Fornals parece, por ahora, su baza más fiable en términos de creatividad mientras echa de menos a sus referentes lesionados. Chimy pide paso con rendimiento al ralentí y otros como Juanmi miran de reojo al técnico en espera de su oportunidad. Hasta Jesús Rodríguez, el chico que sueña con emular a Joaquín, cruza los dedos para tener su momento.

El Copenhague no quiere ser ningún invitado ocasional. Llega con la sensación de haber mejorado su rendimiento en los últimos duelos y con un puñado de futbolistas capaces de romper los espacios. Elyounoussi tiene el talento y la experiencia, Achouri pone el descaro y Claesson la inteligencia. Un exsevillista como Thomas Delaney pretende equilibrarlo todo. El Villamarín se prepara para un envite disfrazado de final en octubre. Por mucho que el camino continental del Betis tenga aún más atajos hacia el sueño.

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